Patrullero, a la cárcel por presunto abuso

patrullero a la carcel

IBAGUÉ. El Juez Octavo de Control de Garantías envió como medida preventiva a la Cárcel de Picaleña a Gustavo Adolfo Rodríguez Rangel, patrullero de la Policía Metropolitana, señalado de abuso sexual.
Según reveló la Fiscalía durante la audiencia, el uniformado llegó a la casa de una niña de 12 años de edad a llenar unas tablas de fiscalización, conocidas como Tamir, porque su progenitora se encuentra bajo protección debido a que denunció amenazas contra su vida.
El patrullero, vestido con el uniforme de la Institución y de servicio, ingresó a la sala de la vivienda el lunes hacia las 9:00 de la mañana, a esperar que volviera su compañero.
La madre de la menor de edad salió para atender a un comisionista en la puerta de la residencia, escuchó un ruido, vio a Rodríguez Rangel cerca al comedor, y pensó que se dirigía al baño.
Luego de unos minutos escuchó a su hija que le pidió ayuda, la progenitora corrió hacia las escaleras que conducen al segundo piso por donde bajaba el policía, quien le cogió los brazos, la tiró contra la pared, hasta le cogió los senos y le dijo que no le dañara la carrera.
En medio de la angustia, la mujer le gritó a su hija para que llamaran a la Policía, mientras afuera el comisionista cerró la puerta, la sostuvo con fuerza, y también pidió ayuda.

No lo capturaron. La madre de la presunta víctima indicó a la Fiscalía que al lugar llegaron patrulleros del CAI La Gaviota, quienes no detuvieron a su compañero.
La mujer pidió que llamaran a un teniente de apellido Vásquez, pero no obtuvo respuesta de los uniformados, así que contactó al coronel Óscar Antonio Gómez Heredia, comandante de la Metib, quien se acercó al lugar.
Según el Fiscal 21 Seccional de la Unidad de Reacción Inmediata, a pesar de presentarse flagrancia, el patrullero no fue detenido.

Se masturbó. La afectada le contó a su mamá, a los médicos que la atendieron y a la Fiscalía, que escuchó cuando alguien subió las escaleras y sintió que la abrazaron por detrás y vio al uniformado que la agarró, le tocó los senos, le besó el cuello y brazos.
El servidor público sacó su pene, y sus pantalones cayeron mientras se movía hacia adelante. La niña quiso huir, pero el hombre le sostuvo los brazos.
La menor de edad recordó que hacía dos meses el policía entró a su habitación, le tocó los senos por encima de la ropa y ante su rechazo, le dijo que “tan bonita y tan brava”.
Además otro uniformado les dijo que Rodríguez Rangel molestaba a la niña de la señora que les vendía los almuerzos.

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