IBAGUÉ. Ayer sobre las 3:00 de la tarde en la parroquia de la Santísima Trinidad del barrio Las Brisas se realizaron las exequias de cinco de las seis personas fallecidas el pasado 7 de noviembre luego que el vehículo donde se transportaban se incendiara sobre el kilómetro 40 de la vía que comunica a Alvarado y Venadillo, en el sector conocido como ‘Palobayo’.
Entre lágrimas y mucho dolor, familiares y amigos despidieron a Solangie Hurtado y sus hijos María José y Carlos Jacobó de apenas 2 y 3 años de edad, además de los padres de la mujer, Gerardo de Jesús Hurtado y Teresa Ocampo, quienes también iban en el automotor luego de pasar unos días de descanso en El Peñol, Antioquia, y regresar a la capital tolimense donde residían.
En investigación. Los cuerpos fueron entregados a los seres queridos tras 22 días en Medicina Legal, mientras las autoridades investigaban el siniestro del que se conoce hasta el momento que se produjo al parecer por un microsueño del conductor que lo llevó a chocar contra un árbol.
Se trataba de Carlos Alberto Arévalo Angulo, padre de los dos pequeños, quien también murió en el hecho y del cual sus honras fúnebres se hicieron en Bogotá, su ciudad natal.
No quitaron sus sonrisas. En medio de la misa de despedida de estas personas fueron puestas las fotografías de los niños en sus féretros para que fueran recordados con sus enormes sonrisas.
Finalmente, los cuerpos fueron llevados al cementerio San Bonifacio con el acompañamiento masivo de allegados a este hogar que aún no se explican cómo ya no están en este Mundo.
