Cosió su boca para protestar

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IBAGUÉ. Esperanza Márquez, viajó desde Ibagué hasta Popayán, para pedirle al director del centro penitenciario de esta Ciudad, que le deje ver a su hijo, que cumplió 22 días de haberse cosido la boca como protesta para que lo trasladen a la ‘Capital Musical’.

 

Historia. Desde hace aproximadamente cinco años doña Esperanza no ve a su hijo, Franklin Cardozo Márquez, de 30 años de edad. La última vez que lo visitó fue en la cárcel de Jamundí, Valle, antes de que lo trasladaran donde está actualmente.

Cardozo Márquez decidió hilarse los labios con aguja y cáñamo para pedirle a la justicia colombiana que lo envíe al Coiba de Picaleña y terminar de cumplir su condena por el delito de homicidio culposo: “Está a punta de suero. Él quiere estar cerca a su familia y pagar la pena en la ciudad donde ocurrió el asesinato. Además nos queda muy difícil para visitarlo”, dijo Marisol Cardozo, hermana del recluso.

En el 2004, Cardozo Márquez junto con otros tres hombres al parecer asesinaron a otro por el sector del Parque de La Música. Allí le propinaron 21 puñaladas y lo degollaron presuntamente por celos por parte de uno de los involucrados, que según la familiar fueron detenidos y ahora gozan de su libertad: “A mi hermano le dijeron que le iban a pegar un susto al muchacho, pero otro lo mató. Poco cuenta sobre cómo ocurrieron las cosas pero fueron por celos ”, señaló la allegada.

El ibaguereño fue enviado a la cárcel de Ibagué, donde estuvo un tiempo pero luego fue remitido a Armenia, después al centro penitenciario de Villanueva en Cali, Jamundí, Palmira y finalmente trasladado al centro de reclusión de la ‘Ciudad Blanca’. Con esta huelga, Cardozo Márquez, espera que el Inpec le preste atención: “Cumplió el tiempo de la condena para que le den las 72 horas de permiso, pero no ha pasado nada”, indicó la hermana del preso.

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