El triste adiós a una mente brillante

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IBAGUÉ. Una gigantesca movilización, que por momentos ‘desbordó’ la carrera Tercera, caminó desde el Centro de Convenciones de la Gobernación del Tolima a la par del féretro de Juan Mario Laserna Jaramillo hasta llegar a la Catedral Primada de Ibagué donde se cumplieron las exequias de una de las mentes más brillantes en la historia reciente del País.

Con una misa solemne que tardó cerca de 60 minutos, la comunidad tolimense honró la memoria del líder político, en un recinto lleno de familiares, políticos, empresarios y ciudadanos del común que por cosas de la vida conocieron al ex senador y se dejaron encantar con su carisma y ‘don de gente’.

 

No llegó a la cita. “Hablamos el domingo en la mañana. Pactamos una cita para el lunes en Bogotá, porque íbamos hablar unos asuntos de la reforma tributaria; además, quería que él (Laserna Jaramillo) regresara a la política nacional”, indicó Marta Lucía Ramírez, amiga personal y compañera de partido político del difunto.

Ramírez fue una de las últimas personas que tuvo contacto con Laserna Jaramillo antes del inesperado accidente en el sector de la Variante Ibagué – Bogotá, y nadie mejor que ella conocía su potencial.

“Si decidía regresar a la política, habría podido aspirar a la Presidencia porque tenía una trayectoria en cargos públicos bastante importante”, finalizó Ramírez.

¿Planeaba el regreso? Guillermo Santos fue directo, pues además de reconocer que el Departamento perdió a uno de sus mejores hombres, dio luces de los planes a futuro que tenía Laserna Jaramillo, quien al parecer la semana pasada le habló de un par de proyectos.

“Hace ocho días hablamos y me comentó dos posibilidades que tenía para volver a la ‘arena’ política. Una era como candidato al Senado de la República y la segunda era una eventual aspiración a la Gobernación del Tolima. En cualquier escenario habría sido bien recibido. Lástima que el Tolima no haya apreciado a semejante figura en el ámbito nacional”, dijo Santos.

Se marchó. Sobre el mediodía finalizó la ceremonia, el féretro atravesó una calle de honor donde eran evidentes los rostros desencajados por el dolor que generó su ausencia. Minutos después partió el coche fúnebre que encabezó una enorme caravana de vehículos con destino al parque Cementerio Los Olivos, donde el círculo más cercano al difunto tendría el espacio para darle un último adiós.

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