IBAGUÉ. Juan David Martínez Orejuela tiene 20 años, es volante y como cualquier futbolista de su edad anhela con llegar a un club profesional, ganar dinero y poder vivir de su deporte.
Precisamente, con estas metas e ilusionado por tener una oportunidad en el balompié internacional, tomó la decisión de partir a otra tierra.
Según reportó el diario El Gráfico de El Salvador, Martínez llegó a ese país hace poco más de un año y formar parte del grupo de extranjeros, en su mayoría ‘cafeteros’, que aterrizan allí en buscan de un mejor futuro.
En el caso preciso de este tolimense, señala que “cambió el fútbol de segunda división de Colombia por una aventura salvadoreña que le costó mil 800 dólares (unos cinco millones de pesos nacionales) de su ajustado presupuesto y lo llevó a trabajar en la agricultura y hasta de mesero en una cervecería”.
Y agrega: “Vino engañado por un entrenador de su país, que le aseguró que por 800 dólares y el costo del boleto aéreo, el fútbol cuscatleco lo recibiría con los brazos abiertos”.
“El profesor (Javier) Ayola me ofreció venirme acá, que me contratarían en el Vendaval (de Apopa, 2a. división). Que venía directo a jugar, ya contratado. Pero eran puras mentiras”, dijo en esa oportunidad el deportista a este medio de comunicación.
No quiso hablar. Q’HUBO lo contactó para dar a conocer de primera mano su historia, pero el joven se negó a hablar aduciendo que “no quería problemas y lo mejor era dejar todo quieto”.
Sin embargo, esta redacción entrevistó a Bladimir Díaz, un chocoano que milita como delantero en el Chalatenango FC de primera división, es el actual goleador del torneo de esa nación centroamericana y comparte hogar con Martínez Orejuela.
“Somos amigos, vivo desde hace seis años acá y entiendo lo que está pasando Juan y los demás muchachos, porque sufrí lo mismo y fue un época difícil, pero gracias a Dios yo pude triunfar y ahora todo está mucho mejor”, dijo el ariete.
Al indagarlo sobre la situación que vive el ibaguereño, Díaz precisó que “yo no puedo tocar ese tema es incómodo porque es algo triste y a todos nos duele, pero lo que sí puedo decir es que nos ayudamos entre colombianos y cuando pasa algo así somos muy unidos”.
Y añadió: “Con Juan David estamos esperando que termine el torneo para ubicarlo en un equipo y primero Dios pronto estará jugando. Yo me comprometí en ponerlo y porque él es un buen jugador”.
Bladimir, también confirmó que en la actualidad el joven ‘Pijao’ labora como utilero del San Pablo de Tacachico equipo de la categoría de ascenso, donde se encarga de lavar los uniformes e implementos deportivos, para ayudar a sostenerse económicamente.
‘Modus operandi’
El Gráfico apunta a que “hay una persona en Colombia, que contacta a los futbolistas y les garantiza un futuro profesional en el balompié salvadoreño a cambio de una inversión preliminar que incluye boleto aéreo, y del pago de una comisión que oscila entre los $500 y los $800 dólares. La mayoría de los jugadores consultados por Grupo Dutriz proceden de Cali”.
“Al venir al país, se les prueba de modo exprés en equipos generalmente de segunda división, y si no son contratados, se les comienzan a cobrar gastos de estadía, hasta que lo que cancelaron como pago por representación se agota. Y luego, a la calle”.
Vitrina internacional
Bladimir Díaz, amigo de Juan David Martínez, confirmó que “en cuanto a nivel deportivo es un poco más bajo el de acá que el de Colombia, porque aquí se va mucho al choque, la liga no es muy vistosa pero sí es una gran vitrina para llegar a México o Estados Unidos que es mi meta, pero igual estoy muy agradecido con la gente de aquí que me ha tratado bien”.
En cuanto al tema salarial en este país se paga en dolares y según Díaz “comenzando no es muy bueno y apenas da para sobrevivir, pero cuando se logra llegar a un equipo de renombre todo mejora, porque hay algunos que cancelan hasta 7 mil dolares al mes, que son como 20 millones de pesos colombianos”.
