Le cobraron con su vida

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IBAGUÉ. Sentada en la esquina esperando el cuerpo de su muchacho permaneció por varias horas Elizabeth Escobar, la abuelita de Héctor Mauricio Quimbayo Escobar, asesinado con arma de fuego frente a la Manzana P, casa 34, del Jardín Musicalia.

“Mataron a mi muchacho. Él vendía zapatillas y vivía de eso”, dijo la adulta mayor embargada de tristeza, a la vez que agregó que no le conocían andanzas extrañas y tampoco conocía de amenazas en su contra: “Él vivía conmigo, mantenía pendiente de mí y jamás manifestó nada”.

De acuerdo con la abuelita, Quimbayo Escobar había salido unas horas antes con el hermano menor a almorzar, llegó a la vivienda, se arregló y al salir a comprar algo en la tienda, un hombre le propinó varios tiros.

“Yo estaba adentro y cuando escuché los tiros salí a mirar qué era y lo vi tirado”, enfatizó Elizabeth Escobar.

De inmediato fue trasladado por su hermano en un taxi hasta la Clínica Saludcoop donde llegó sin signos vitales.

 

Lo esperaba. La señora Escobar dijo que el hombre que cometió el homicidio estaría esperando a su nieto desde horas antes, y aprovechó el momento para balearlo de cuatro impactos, dos de estos en la cabeza, uno en la espalda y otro en el cuello.

 

Antecedentes . Quimbayo Escobar tenía antecedentes penales por porte ilegal de armas de fuego. Sin embargo, las autoridades manifestaron que la deuda con la justicia había sido por microtráfico.

“Hace 20 días salió de la cárcel, pagaba una pena por venta de estupefacientes y tenemos algunos testimonios de vecinos que nos ayudarán a individualizar al homicida para la captura. Estamos manejando la hipótesis de ajuste de cuentas, en razón a que el homicida se trataría de un reconocido expendedor de estupefaciente del sector, y estamos recogiendo las evidencias”, concluyó el comandante de la Policía Metropolitana de Ibagué, coronel Óscar Gómez Heredia.

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