IBAGUÉ. Un olor nauseabundo y la salida constante de moscas bajo la puerta de la casa 33 en la manzana 28, de la segunda etapa de la Ciudadela Simón Bolívar, llamó la atención de una comunidad intrigada por la suerte del popular ‘Malicia’, residente del predio, toda vez que desde el sábado nadie tenía conocimiento de su paradero. Uno de sus amigos se asomó debajo de la puerta y con un alarido indicó que el hombre estaba muerto.
Más datos. El difunto respondía al nombre de Luis Henry Parra Cabrera, y quedó tendido al lado de la puerta de acceso a la vivienda junto a un lago de sangre.
Los vecinos llamaron a la Policía y un cerrajero tuvo que abrir el candado de la reja y la chapa de la puerta para que la Sijín realizara la inspección al cadáver.
Los residentes de la calle peatonal, de la residencia de Parra Cabrera, indicaron que el sábado ‘Malicia’, departió de unas cervezas con los amigos y al parecer se entró en avanzado estado de alicoramiento.
Una de las hipótesis del caso apunta a que ese día Parra Cabrera presuntamente, por la borrachera, se cayó desde su propia altura, lo que le produjo una lesión en la cabeza y su deceso, por la posición en la cual quedó el cuerpo.
El domingo y lunes en la mañana, sus amigos tocaron a la puerta para invitarlo a ‘echar carreta’ como de costumbre, pero extrañamente no atendió el llamado.
Ayer la situación cambió, porque el cadáver atrajo moscas a la escena por el fuerte olor y sus vecinos se enteraron del caso.
‘Malicia’. Sobre Parra Cabrera se conoció que era natural de Rioblanco, vivía solo en la casa que era de su propiedad y no tenía hijos. Sus amigos lo recuerdan como un hombre recochero y ‘mamador de gallo’ que no sufría de ninguna enfermedad, por lo que su repentina muerte cayó como un ‘baldado de agua fría’.
