IBAGUÉ. Los abusos psicológicos, físicos y sexuales a los que José Jamíl Ramírez González sometió por más de cuatro años a su compañera sentimental llegaron a su fin cuando luego de un último ataque y tras una investigación de dos meses se diera captura al esposo abusador por el delito de violencia intrafamiliar en concurso homogéneo sucesivo.
Inicialmente Erika Fernanda Usme Pérez fue víctima de malos tratos, malas palabras, aún en estado de embarazo, pero desde junio del año pasado los golpes pasaron a comportamientos que se acercan a la tortura.
De acuerdo con la información presentada por la Fiscal 52, Ramírez González aparentemente en una oportunidad habría llevado a su compañera hasta una finca para sumergirla en agua fría y posteriormente verterle pegante tipo bóxer en su cabello y rostro, en presencia de sus dos hijos.
También habría amenazado a su esposa e hijos con un arma de fuego, un revólver que terminó accionando dentro de su casa, quemando con la pólvora a Erika en el brazo.
Así mismo en su residencia en el barrio Primavera, en la Comuna 12, Ramírez González luego de enfurecerse por unos mensajes que su esposa recibió vía WhatsApp procedió a accederla sexualmente, no sin antes rasgar su ropa y dejar marcas de la violencia en su cuerpo.
¿El final?. Cansada de los golpes que se extendían a los pequeños, las violaciones, las restricciones incluso para que Erika pudiera ver a su familia, la mujer tomó la decisión de terminar con su vida en enero de este año al ingerir cuatro pastas de Clonazepam y cinco de Risperidona, pero fue encontrada a tiempo por su padre quien le salvó la vida al llevarla hasta un centro asistencial.
Antecedentes. Además de los abusos repetidos a su esposa, José Jamíl Ramírez González había salido de las fuerzas militares por problemas psiquiátricos.
En 2011 había recibido una sentencia condenatoria por porte ilegal de armas.
A pesar de los esfuerzos de la defensa por requerir la detención domiciliaria, en casa de un hermano, para Ramírez González la juez determinó que es un peligro para la vida de su familia y para la sociedad por lo que fue enviado con medida intramural a el Coiba de Picaleña.
