Vuelo a la eternidad

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MARIQUITA. Luego de ser autorizado para aterrizar, el avión Piper PA – 31 de matrícula HK4464, de la empresa Nacional de Aviación S.A. se precipitó a tierra y se incineró. Sus 10 ocupantes fallecieron.

La aeronave comercial había salido del Aeropuerto de Gaymaral, en Chía, cerca a Bogotá y se dirigía a Bahía Solano en Chocó con ocho pasajeros.

El coronel Nelson Quiñones Manchola de la Policía Tolima indicó: “El siniestro se dio en la parte norte de Mariquita, se hizo la verificación de parte de aeronaves de la Escuela de Aviación y encontraron en la Laguna El Silencio cuatro cuerpos”, dijo el oficial.

Según el coronel: “El piloto solicitó permiso para aterrizar de emergencia en el aeropuerto José Celestino Mutis, de Mariquita, pero al parecer tuvo problemas mecánicos, chocó contra una montaña y se incineró”.

Al lugar del accidente, en la vía que de la ‘Ciudad Frutera’ conduce a la Victoria, Caldas, llegaron bomberos aeronáuticos, personal de la Escuela de Aviación de la Policía y agentes del Cuerpo Técnico de Investigación.

La Aeronáutica Civil en su perfil de Facebook emitió un comunicado, donde informaba sobre la tragedia, lamentaba el hecho e indicó que iban a, “ iniciar las investigaciones pertinentes para establecer las causas del siniestro”.

El Alcalde de Mariquita en diálogo con medios radiales refirió que la avioneta había quedado destruida, era muy duro para él ver los cuerpos en el estado que quedaron y confirmó que no habían sobrevivientes.

Una de las pequeñas muertas, vivía en Bahía Solano y su mamá era ama de casa.

 

Otras víctimas

Los adultos Paula Arbeláez, Isabel Galvis y Luis Botero. Los menores de edad Rocio Galvis, Jaime Galvis, Lady Fuentes, Yesenia Mora y Edwin Ramos. Al parecer tres de los ocupantes eran miembros de una misma familia, hijos de un ingeniero civil de una empresa española encargada de construir el acueducto en Bahía Solano.

 

“Volarán más alto”

El piloto de la aeronave, capitán Rafel Ávila Lindo llevaba 30 años trabajando en aviación. Con él, viajaba el copiloto Jonathan Márquez Díaz, quien estudió en la Escuela Nacional de Aviación de los Andes.

A los dos ‘Hombres del Aire’, sus amigos les recordaron en redes sociales que: “Los aviadores no se mueren, solo vuelan más alto”.

 

 

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