Adulta mayor necesita ayuda para adecuar su vivienda en barrio de Ibagué

A pesar de tener vivienda, la señora Hilda no puede habitarla y debe pagar arriendo. Fotos para Q’HUBO
A pesar de tener vivienda, la señora Hilda no puede habitarla y debe pagar arriendo. Fotos para Q’HUBO.

REDACCIÓN Q’HUBO/qhuboibague@gmail.com

Hilda Cubides, una ibaguereña de 73 años, no pierde la esperanza de volver a vivir en su casa propia y dejar de pagar arriendo. En el 2009 le tocó salir con sus corotos de su morada pues la pared de la parte de atrás se vino al piso, al parecer por consecuencia de unos trabajos del Ibal.  

En diálogo con Q’HUBO, la señora Hilda, que se gana la vida haciendo arreglos de modistería, recordó que en 2005 vivió el momento más feliz de su vida: con nueve millones de pesos compró la vivienda situada en la calle 12 número 1 A 28 del barrio La Gaviota. 

“No es una mansión, tiene seis metros de frente por 10 de fondo, pero era apenas para mí. Tenía dos habitaciones, sala, cocina, comedor y patio, no obstante, en 2009 una parte de la casa se vino al piso. El daño se llevó el baño y la casa quedó inhabitable”, dijo. 

En opinión de la ciudadana, la causa de haber quedado sin dónde vivir fue por la instalación de un colector de aguas hacia la quebrada La Saposa. “La obra la llevó a cabo el Ibal y para destruir unas enormes rocas utilizaron dinamita. Eso le quitó estabilidad a la casa”, dijo. 

A pesar de su testimonio, legalmente no pudo demostrar la presunta responsabilidad de la Empresa Ibaguereña de Acueducto y Alcantarillado. Según un Juez de la República, se demoró más de dos años en reclamar los perjuicios presuntamente ocasionados por la obra.

Fallo no favorable

Aunque la ciudadana completa 12 años sin habitar la casa, el Impuesto Predial y el recibo de aseo le siguieron llegando.

“En 2014, después de radicar un documento aquí y otro allá y de luchar de un lado para otro, un Juez aprobó la excepción de caducidad de la acción propuesta por el Ibal. Un abogado me cobraba unos 800 mil pesos por apelar la decisión, pero yo no tenía plata. Ya había invertido una suma considerable en el proceso. Solo el perito me cobró 700 mil pesos y era como sacar sangre de donde no tenía”, indicó. 

Desde ese momento, teniendo claro que el Ibal no le va a responder por los daños, cualquier pesito que le queda lo invierte en materiales de construcción como tejas y ladrillos, sin embargo, la adecuación de la vivienda está todavía muy lejos. 

“Hace cuatro años levantamos dos paredes y le hicimos las bases para que no se vuelvan a caer. 

“Solo eso costó más de cuatro millones de pesos y falta adecuar la cocina, los pisos y construir de nuevo el baño”, refirió con nostalgia. 

No le hacen crédito 

Doña Hilda es consciente de que con los 450 mil pesos mensuales que paga de arriendo, podría, mejor, pagar un préstamo y arreglar su vivienda, pero el gran problema es que ninguna entidad bancaria le hace un crédito. “Nunca he tenido un salario fijo. Antes trabajaba en casas de familia y ahora sobrevivo con la modistería. He averiguado y ningún banco me presta”, expresó. 

Para la adulta mayor, la única esperanza sería ganarse la lotería por eso todos los lunes compra la Lotería del Tolima. “Tal vez suene chistoso, pero es la única opción que veo. He ido a la Alcaldía, he tocado una puerta y otra y nadie me ayuda, sin embargo, no pierdo la esperanza de volver a mi casa”, puntualizó.  

Dato 

En 2009 la mitad de la vivienda se vino al piso. Aunque tomó acciones legales contra el Ibal, el fallo fue a favor de la empresa.   

La cifra

15 millones de pesos aproximados cuesta la adecuación de la vivienda.

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