Conexión sin límites

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IBAGUÉ. Diana Marcela, Alejandra y Julián Rubio, tres hermanos de 17, 18 y 15 años de edad respectivamente, que tienen baja visibilidad de nacimiento, no cabían de la dicha cuando empezaron a leer textos que antes eran imposibles de ver para ellos, en uno de los computadores que fueron entregados a la Escuela Normal Superior de Ibagué, ENSI.

“Antes para que nos leyeran un libro tocaba pedirle el favor a mi mamá y si no teníamos a alguien cerca, no era posible. Ahora estamos muy contentos por esto tan lindo que hicieron por nosotros”, comentó Diana Marcela, quien cursa Séptimo con sus hermanos en la Normal Superior de Ibagué.

Su mamá, Blanca Flor Hernández, calificó la iniciativa como una bendición: “Un ángel de Dios se nos apareció en la institución”, dijo emocionada al ver a sus pequeños leyendo a través de un sistema que aumenta el tamaño de las letras en la pantalla del computador y se gradúa con el ‘mouse’ o ratón.

La gestión de los equipos se hizo a través de la Alcaldía de Ibagué, la Gobernación del Tolima, la Corporación Tolima Digital, la Asociación Colombiana de Sordociegos, Surcoe, y el Ministerio de Comunicaciones, dentro del proyecto ‘Conectando Sentidos’. La directora de Tolima Digital, Amparo Celis, manifestó que se pretende incluir a la comunidad sordociega de la ciudad y el Departamento en el aprovechamiento de nuevas tecnologías:

“Son 15 equipos especializados, leen en voz alta para ciegos, las impresoras funcionan e imprimen en sistema braile, y hay teclados especiales (JAWS) para que las personas sordociegas puedan escribir y navegar en Internet”, dijo. La funcionaria extendió la invitación a las familias de la comunidad con limitaciones auditivas y visuales para que inscriban a los potenciales beneficiarios de estos equipos en las instalaciones de la ENSI, en la 30 con Ambalá, para programar las capacitaciones.

 

Samuel, ejemplo de vida

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Samuel trabaja como voluntario para la Surcoe, es de Bogotá, tiene 24 años, y es muy conversador, aunque necesita de un intérprete, Carlos Gómez, para poder comunicarse a través del contacto de las manos, ya que a los 5 años sus oídos se apagaron y a los 17 quedó ciego.

Él aprendió a manejar las herramientas para acceder a Internet, escribir y editar documentos e incluso participar en videoconferencias, a través del aula de tecnología en Bogotá en el 2007: “Al principio fue un poco difícil. Sentía un poco de sorpresa y a la vez extrañaba la forma como está diseñada la tecnología, como por ejemplo la línea de braile, que es para uso de sordociegos, pero tiene una técnica más profunda”, dijo.

“Con esto uno puede ser autónomo en el uso de la tecnología, y genera un espacio de inclusión. Esto es algo muy bueno porque nos abre un espacio a quienes tenemos discapacidad múltiple y varias entidades nos han apoyado”, concluyó Samuel.

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