IBAGUÉ. Como uno de los mejores bomberos que estuvo al servicio de la comunidad ibaguereña será recordado el teniente Carlos Arturo Castaño Fandiño, quien fue despedido ayer con honores por sus compañeros de trabajo.
El cuerpo de Castaño Fandiño, estuvo en cámara ardiente en las instalaciones del Cuerpo Oficial de Bomberos en la calle 19 con carrera Tercera, donde su ataúd lo adornó el uniforme y la bandera de la Institución que representó por 34 años. Allí estuvo acompañado de sus allegados, pero sobre todo de sus colegas con quien atendió emergencias y compartió experiencias. Luego su féretro fue llevado hasta la Catedral de Ibagué y finalmente sepultado en el cementerio La Milagrosa.
“Se nos va un gran amigo, una gran persona. Para nosotros es una baja muy grande teniendo en cuenta su experiencia y sabiduría”, indicó el capitán Rafael Rico, dirigente de los Bomberos Oficiales.
Ejemplo. Carlos Arturo Castaño Fandiño ingresó al organismo de socorro en 1982 y actualmente se desempeñaba como jefe de turno. No obstante era uno de los conductores más experimentados de las máquinas de bomberos.
“Carlos le entregó mucho a la Institución y a las nuevas generaciones les enseñaba todo lo relacionado con la hidráulica y las máquinas extintoras”, manifestó Rico.
Amigo. El bombero era uno de los miembros más antiguos, “No solo trabajamos en emergencias en Ibagué. Con él estuvimos en el Eje Cafetero ayudando en el terremoto de 1999. Son muchos años de trabajo con el personal de planta. Pasamos 24 horas sin importar la temporada, así sea Semana Santa, Año Nuevo o Navidad. Somos una gran familia y él nos va a hacer mucha falta”, señaló el capitán Rico.
