El artista ibaguereño Eros Castaño expone su obra en Café Ishkra

El lanzamiento de la exposición se llevó a cabo el pasado 10 de marzo, a las 7 p.m. en la galería Café Ishkra.  Fotos suministradas. 

REDACCIÓN Q’HUBO

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Durante este mes y hasta comienzos de abril, los coleccionistas y nostálgicos por los objetos anacrónicos con valor sentimental tendrán una cita obligada en el café-galería Iskra, donde estará en exposición la colección ‘Inventario Nostálgico’ del artista ibaguereño Eros Castaño, quien creó una obra a partir de dispositivos y elementos viejos que han representado parte de su vida.

Colección de recuerdos

‘Inventario Nostálgico’ es una colección compuesta por 13 pinturas al óleo de mediano y pequeño formato, cuya creación se dio luego de que el artista plástico Eros Castaño reuniera una colección importante de objetos que para él, y seguramente para muchas personas de su generación, han adquirido valor por los recuerdos que transmiten.

De acuerdo con lo que describe el artista, miniaturas, baratijas, juguetes y adminículos hacen parte de esta obra en la que ha trabajado luego de recorrer mercados de pulgas, ventas de garaje y examinar en baúles de cosas viejas propios e incluso de amigos.

“Lo que hago con estos objetos es componer bodegones, naturaleza muerta. Tomo fotos y luego pinto sobre ellas. Los objetos en físico también harán parte de la colección, estarán expuestos en una vitrina”, explicó Castaño, quien acotó que en esta ocasión las fotografías no harán parte de la exposición, pero la idea es que más adelante estén presentes, pues aún la obra no está en su fase final.

Para Eros, hay una sensación de intriga por la manera cómo avanza la tecnología y con ello cambian los dispositivos. “Hace años el celular antes era más grande y tenía menos funciones. Ahora es como un mini computador y casi hace parte del cuerpo. En tan solo 15 años ha cambiado todo”, expresó el expositor.

Asimismo, el artista manifestó cuál es su relación personal con los objetos que hacen parte de la colección: “Tengo juegos viejos como el tetris. Lo he intentado jugar, pero ya no es igual. La adicción a la dopamina hace que ahora todo el tiempo busquemos novedades en las aplicaciones. En los 90 y a comienzos de los 2000, la felicidad era muy barata, nos hacían felices cosas muy sencillas”.

El artista invitó a los ibaguereños a acompañarlo en este recorrido por la memoria de objetos que hicieron parte de nuestras vidas y fueron desplazados por el tiempo y la tecnología. “Acérquense, son bienvenidos. Me gustaría escucharlos, si algo les suscita la obra”, dijo.

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