En moto por Sudamérica

Pareja viajera salió de Ibagué y busca recorrer el mundo.

Hace un tiempo, Katherine Rivera y Alejandro Wilches, una pareja de esposos que contrajeron nupcias en Ibagué, decidieron dejar atrás sus vidas rutinarias y sus trabajos de oficina para cumplir su sueño de viajar por el mundo. De esta forma, crearon su página en Instagram y canal de Youtube ‘Viaje Kawi’. Su meta es llevar a cabo esta travesía en moto.

Enamorada de las montañas

Katherine Rivera pasó muchos años debatiéndose entre su amor por la montaña y la aventura y el ejercicio de su carrera de Derecho. Aunque supo combinar ambas facetas, pagó su carrera trabajando en oficinas y una vez graduada, empezó a ejercer sin problemas, como sueñan muchos profesionales. Pero para ese entonces ya había conocido el Nevado del Tolima, y en su interior anhelaba vivir más aventuras como la escalada de la montaña ‘Dulima’. “Empecé a tener choques y a pensar en por qué debía tener un trabajo normal para ser feliz, pero la presión social me llevó a seguir comprando cosas. Con el tiempo retomé las travesías y volvieron esos pensamientos. No quería estar encerrada entre cuatro paredes, haciendo demandas”, relató la ibaguereña. En medio de ese conflicto interno y habiendo retomado la actividad que ama, Katherine, o ‘Mari’, como la conocen sus amigos, se hizo guía en el Cañón del Combeima y en una de esas travesías conoció a Alejandro Wilches.

Soñaba con ser ‘El Renegado’

Alejandro es contador. Oriundo de Medellín. Se autodenomina “motociclista y aventurero de profesión”. Él también tuvo un empleo formal en un banco durante 13 años, pero afirma que venía preparando hace tiempo a su familia para el día en que abandonaría su actividad profesional convencional. “De pequeño era fan de la serie ‘El Renegado’. Soñaba con tener el pelo largo y andar siempre en moto, pero por el trabajo en el banco era imposible. Venía haciendo viajes desde hace 14 años en mi motocicleta. Fui hasta Ecuador, Perú y Chile. Salía durante vacaciones y permisos laborales”, contó el paisa. En una de esas travesías, Alejandro llegó a Ibagué para conocer el Volcán Machín. Entonces escuchó sobre el Cañón del Combeima y encontró el perfil de Katherine. Se conocieron durante el servicio de guianza que ella le prestó. Eso sucedió poco antes del inicio de la pandemia.

Montañas y aventuras los unieron

Pronto surgió una amistad entre Katherine y Alejandro, quienes emprendieron una travesía hacia Murillo por Santa Isabel. “Hay una carretera que de ‘carretera’ poco, pero de aventuras mucho. Nos caímos tres veces, nos sacó canas”, recordó él. Al llegar a Murillo, todo fue ‘mágico’, describió ella:  “Estábamos cansados. Nos tomamos un vino y ahí surgió la química”. 

Después de eso, Alejandro se volvió un visitante recurrente de nuestra ciudad. “Viajaba todos los fines de semana en moto desde Medellín. Luego, en la pandemia, empezó el teletrabajo y me instalé en Ibagué, laboraba desde allí”, indicó. Por ese tiempo, a Katherine, quien estaba a punto de ascender a socia del bufete de abogados para el que trabajaba, su jefe le ofreció en alquiler un apartamento en Interlaken, cuyo arriendo costaba $1 millón 800 mil y que terminó dejándole en tan solo $500 mil.

Los jóvenes aprovecharon y se mudaron juntos, tras siete meses de relación. Continuaron los viajes alrededor de Colombia, viviendo toda clase de aventuras. 

Una de las más recordadas por la pareja es que estando en Nuquí, Chocó, Alejandro decidió proponerle matrimonio a Katherine, pero por diferentes circunstancias no logró encontrar el momento romántico ideal. Entonces, sucedió un accidente con Newél, el Jack Russell que es como un hijo de los dos.  El perrito fue atacado por otros caninos de la zona y debido a la lejanía del lugar, tuvieron que esperar varias horas para su atención. Fue necesario que un lugareño lo operara al aire libre, ante la mirada de todos. En medio de esa crisis, el paisa decidió que era el momento ideal para proponerle a su pareja que unieran sus vidas.

Lo vendieron todo

Ya por entonces, la pareja había incursionado en el voluntariado, en el que intercambian su trabajo por alimentación y hospedaje en los sitios a los que llegan. Por ejemplo, en Guarne, Antioquia, además de recoger aguacates, fueron a venderlos al pueblo. En otro lugar, laboraron en una fábrica de pinturas para iglesias. De esa experiencia, Katherine recuerda entre risas que para limpiarse los dedos cuando se untaban de pintura al llenar los tarros, les pasaban calzoncillos viejos. 

La pareja se casó hace unos meses en Juntas, donde se conocieron. Entonces decidieron dejar su vida rutinaria atrás, crearon los perfiles de KaWi, su blog de viajes en Instagram y Youtube; e iniciaron su recorrido. Sin embargo, debieron aplazarlo por una falla mecánica de la moto que no soportaba el peso de ambos y su hogar rodante. El arreglo se efectuó en Bogotá. “Me propuse renunciar al terminar de pagar el crédito de vivienda y así lo hice”, contó Alejandro. Por su parte, Katherine expresó: “Fue difícil. Me preguntaba si estaba bien renunciar al trabajo y despedirme de mi familia y amigos. Lloré. No los voy a ver en mucho tiempo, pero haré realidad mis sueños”. 

Lo vendieron todo: camas, ropa y electrodomésticos. Lo que no lograron vender, lo donaron a cabildos indígenas. Tomaron a Newél y se montaron en la moto, con destino al sur. Actualmente, recorren los volcanes del Cauca y Nariño, en una especie de despedida del país, antes de pasar al menos dos años recorriendo Sudamérica.  Ya les han escrito muchas personas que empezaron a seguirlos en redes para conocer detalles de su travesía. “Hay mucha gente pendiente para recibirnos cuando lleguemos a lugares como Ecuador, Perú, Chile, Uruguay o Paraguay”, detalló Alejandro. 

Sus sitios de ensueño

De los lugares recorridos hasta el momento, Katherine destaca su paso por Nuquí, donde cerca al mar hay aguas termales. “Todo eso hace parte del Cinturón de Fuego del Pacífico. Era imposible imaginarme algo así. ¿Volcanes azufrados en el mar? Es algo hermoso. Miras al frente y ves el mar y hacia atrás, montañas y selva”. Entre tanto, Alejandro evocó ‘Rincón del Mar’, en Sucre. “Allí conocimos el plancton luminoso. A mí me da miedo el mar, pero fui el primero en zambullirme. Mis manos y mis pies eran verde-azules. Me sentía volando, como si fuera parte de la galaxia o una estrella fugaz. Las tortugas y los peces parecían volar”. 

Una casa sobre dos ruedas

Alrededor de 400 kilogramos entre Katherine, Alejandro, Newél y todo lo que necesitan para sobrevivir durante su travesía se transportan sobre la moto que acondicionaron como su ‘casa rodante’. Tenían una máquina con un kilometraje en 98 mil, pero tras comprar una nueva, fue necesario realizar un acondicionamiento especial en la suspensión para que el vehículo no se inclinara. 

TOME NOTA

Katherine y Alejandro planean viajar siete años por el mundo en moto. Saldrán por el sur hasta llegar a Argentina, y luego atravesarán Brasil, para desde allí embarcarse a África. 

DATOS

– Puede ser testigo de la travesía de estos esposos, siguiendo a ‘Viaje KaWi’ en Instagram y Youtube. 

– KaWi es la combinación de las sílabas iniciales del nombre de ella, Katherine, y el apellido de él, Wilches. 

– Los viajeros crearon un grupo de Whatsapp, donde agregaron a las dos familias y a diario les informan cómo va su aventura. 

– Actualmente la pareja realiza un recorrido por siete cumbres del sur de Colombia, antes de dirigirse hacia el sur del continente. 

– El perfil de kaWi en Instagram ya superó los 1.300 seguidores. 

Fotos tomadas de Instagram KaWi. 

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