IBAGUÉ. Los residentes de la Zona Industrial El Papayo, frente a la canal de Mirolindo, aun no salen de su asombro porque en un presunto descuido de parte de una mujer, un niño de escasos 18 meses de edad salió de su vivienda, caminó un par de metros, y cayó al canal donde falleció ahogado.
Hechos. Sobre las 7:00 de la mañana Lida Arenas bañó a su hijo Kevin Santiago Méndez Arenas, de 18 meses de edad, lo vistió y preparó pues al parecer cada mañana acudía a una sede del Bienestar Familiar en el barrio Uribe donde le brindaban el desayuno al pequeño Kevin Santiago y a los cuatro hermanitos con los que convivía.
Antes de partir, la fémina ingresó un par de minutos al baño y cuando salió no encontró a su niño, de inmediato se alarmó y le pidió ayuda a sus vecinos para buscarlo mientras temía lo peor.
En vista que Kevin Santiago estaba aprendiendo a caminar, un joven lo buscó en la rivera del afluente hídrico, y al llegar a la compuerta donde termina la canal encontró el cuerpo del menor. De inmediato estiró sus brazos, sacó el cadáver y corrió al Instituto de Medicina Legal, pues albergaba una esperanza de vida.
Los galenos del recinto intentaron reanimar a Kevin Santiago, pero sus esfuerzos fueron nulos porque no tenía signos vitales.
Sobre el niño. La comunidad indicó que la familia Méndez Arenas arribó al sector desde hace tres años y lamentan mucho la partida del bebé que era la ‘luz de los ojos’ en todos los miembros de ese hogar. A Kevin Santiago lo recuerdan como un ‘angelito’ que por su bondad Dios llamó a su reino.
“Era un bebé muy precioso y carismático. Desde muy pequeño se acostumbró a saludarme, todos los días me golpeaba la puerta para que yo le diera una caricia. Se fue y nos dejó un vacío muy grande a todos”, señaló una vecina.
De acuerdo con los propietarios de la zona, la madre se dedica a labores propias del hogar y le impactó mucho el deceso de su angelito, porque presentó una crisis nerviosa. En tanto que el padre trabaja con Hidrotolima, empresa encargada del sostenimiento de la canal, en labores propias de limpieza.
Es peligroso. Al parecer la gente del sector ha solicitado en más de una oportunidad la instalación de rejas o mallas para evitar este tipo de tragedias, porque el riesgo es latente. Pero les han dado ‘contentillo’ con la adecuación de arbustos y cercas vivas que presuntamente no protegen en lo absoluto a la comunidad.
