Lo mandaron a matar

 

IBAGUÉ. Un joven de quien nadie dio razón, fue baleado el sábado en la noche al frente de una tienda ubicada en la carrera Segunda número 18-78, barrio La Estación, donde habían acabado de cerrar. El occiso iba con su esposa quien fue la testigo clave para que capturaran a una mujer que sería la presunta autora intelectual del homicidio.

La encargada de la tienda comentó que ella había cerrado su negocio a las 8:30 de la noche debido a que por ese lugar pasan muchos habitantes de la calle, lo que hace difícil tener abierto hasta tarde.

La mujer entró a preparar la comida para darle a su familia, y cuando el reloj marcó las 8:35 p.m. se escucharon cuatro detonaciones de arma de fuego: “Miré por debajo de la puerta y la gente estaba al lado del muchacho”, indicó.

Otra de las personas residentes del sector que iba para su casa contó que el muchacho fue recogido en una patrulla de la Policía, debido a que aún estaba vivo.

La víctima, identificada como Henry Hernández Manco, de 21 años de edad, aproximadamente, llegó a la Unidad de Urgencias del Hospital Federico Lleras Acosta, sede La Francia, donde los galenos no pudieron hacer nada debido a que una de las cuatro heridas que recibió fue en la cabeza.

La inspección técnica al cadáver fue realizada por investigadores del Cuerpo Técnico de Investigación, CTI, en la morgue del centro asistencial.

Habría ‘craneado’ el crimen

María Dirley Cuéllar, de 34 años de edad, trabajadora sexual, sería la autora intelectual de la muerte de Henry Hernández Manco, en hechos ocurridos la noche del sábado, frente a la Tienda El Sabor.

La esposa del occiso le dijo a la Fiscalía, nosotros llegamos a la tienda a comprar una bolsa para la basura y al frente estaba Dirley, al verlo le gritó: “Loca venga y ahora si nos damos”, mientras los hijos de la mujer le decían que dejara así”, según el informe de la Fiscalía.

El relato de la entrevista hecha por Fiscalía a Sandra Milena Pérez Ramírez, esposa del occiso, señala a María Dirley entregarle el revólver un hombre que ella escuchó, que la presunta homicida llamó como Arley.

Al parecer Dirley sacó debajo de su falda un revólver plateado, se lo entregó al sujeto y le dijo que lo matara, la esposa de Hernández Manco, escuchó tres disparos y vio como su esposo caía al suelo.

Posteriormente vio como el hombre le entregaba de nuevo el revólver a Dirley, ella lo tomó y lo ocultó debajo de su falda. Además escuchó como el sujeto gritó: “deshágase de esa arma que yo ya hice la vuelta”.

La Policía llegó hasta el lugar donde encontraron al hombre mal herido y lo trasladaron al hospital, donde posteriormente falleció, pero su mujer indicó la residencia de Dirley, así que procedieron y trataron de hablar con ella.

En ese momento los uniformados escucharon un ruido muy fuerte en el interior del apartamento, así que pidieron permiso al dueño para entrar, donde encontraron tirado en la plancha de cemento el arma de fuego.

Después de abrir la puerta Dirley les dijo sin preguntarle nada al respecto, según reporte de los policiales: “Yo no tengo nada que ver, yo sólo cogí el arma, pero no disparé”.

A la mujer le fueron imputados los cargos por homicidio agravado en concurso con tráfico, fabricación y porte de armas y municiones, los cuales no aceptó.

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