Los ‘secretos’ de la Sala Alberto Castilla

IBAGUÉ. Entre corcheas, negras y redondas pasan los años en la Sala de Música Alberto Castilla del Conservatorio del Tolima, uno de los patrimonios culturales del País que abrió sus puertas en 1934, y desde entonces no las ha cerrado para dar espacio al sonido armónico de las flautas y violonchelos, entre otros instrumentos musicales.
Con una arquitectura Neoclásica Francesa que resalta las decoraciones en yeso y los apliques que dan realce a las tonalidades, el salón musical es uno de los más importantes de Colombia y reconocido en el mundo por los grandes artistas.
“Somos orgullosos de tener un sitio como este. Hay muy pocos en la Nación. La construcción con materiales especiales para dar buena acústica la hacen una de las más buscadas para los conciertos”, dijo Néstor Guarín, rector del Conservatorio del Tolima.
Con un espacio para 400 espectadores, el gran salón guarda la forma y características desde su construcción entre los años 1932 y1934. En 16.6 metros de ancho y 37,34 de fondo (desde el trascenio hasta la escalera de la entrada principal) se pueden observar el estilo republicano y los detalles que propusieron en su época el arquitecto Helí Moreno Otero, el escultor Félix María Otalora, el pintor Domingo Moreno Otero y el ingeniero Alfonso Pulecio:
“Este sitio nos traslada a la época. Esperamos seguir conservándolo porque es una de las joyas de la arquitectura del siglo pasado. Con el pasar de los años nuestra historia se ha ido perdiendo por el afán de los edificios”, explicó Mario Fernando Cifuentes, restaurador e integrante de la Sociedad Tolimense de Arquitectos.
Cifuentes, quien participó en estudios de la estructura, señaló que la sala es una fiel representación de las artes, ya que conjuga música, pintura, y escultura.
Los medallones al óleo ubicados en las paredes laterales son el homenaje que el maestro Castilla quiso hacerle a los genios de la música clásica mundial, la escultura está enmarcada con el busto de Beethoven, que le dio el nombre inicial, y la melodía es representada con el retumbar de los instrumentos que se dan cita en la tarima del claustro.

HOMENAJE A CASTILLA
Lo que se conoce hoy como la Sala Alberto Castilla, en sus inicios se conocía como Sala Beethoven por requerimiento de su precursor, ya que de esta manera se le hacía apología a los grandes de la música clásica.
Luego del fallecimiento del maestro Castilla, quien donó algunos sueldos cuando se desempeñaba como secretario de la Gobernación del Tolima, se cambió el nombre en honor a su trabajo y gestión:
“Se merecía todos los elogios. Fue una persona trabajadora y dedicada a la formación musical de los tolimenses”, narró Néstor Guarín, director del claustro musical. Desde 1934 el escenario es reconocido como Sala Alberto Castilla, ubicada en el Conservatorio del Tolima. A él se le debe la música del Bunde Tolimense.

SECRETOS
*El salón fue construido sobres cámaras de agua para perfeccionar los sonidos acústicos. Actualmente están vacías por higiene.
* En el 2007 se hizo una restauración general del lugar.
*En 1936 se realizó el Primer Congreso Nacional de la Música. Tuvo la participación de reconocidos maestros de la música en Colombia.
* Los materiales de la construcción fueron adobe y ladrillo.
* La Sala está dividida en tres secciones: Tarima o escenario, auditorio o galería y trascenio.

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