“No los perdono. Moveré ‘cielo y tierra’ para que los responsables del crimen paguen”: Katherin Mesa Rubiano

Con mucho esfuerzo, hace tres meses, Juan Édgar Mesa había cumplido el sueño de su vida: tener su propia turbo. 

Tratando de cumplir la voluntad de sus padres, Katherin, Juan Édgar y Santiago, le dieron el último adiós a sus padres: Juan Édgar Mesa y Luz Mila Rubiano Henao, la pareja de esposos que fueron vilmente asesinados en Patillal (Cesar).

En medio de cánticos y humo verde, color del Atlético Nacional, los ataúdes, envueltos en papel vinipel, fueron ingresados al coche fúnebre. Katherin, la hija mayor, y Juan Édgar, su hermano, abrazaron cada uno de los cajones. “Te amo papi. Te amo mami”, expresaron los jóvenes. 

Acompañados por una inmensa caravana, arrancaron de la funeraria Comfunser, ubicada en la carrera Quinta con calle 39, de Ibagué, para la Iglesia María Auxiliadora, del barrio Cádiz. 

El dolor que embarga a la familia y al gremio camionero del país volvió a ser evidente. Lágrimas, rechazo por el crimen y mucha tristeza fue lo que se sintió en la despedida, a pesar de que los hijos de los fallecidos pidieron a los asistentes que fueran fuertes ya que sus padres les habían dicho que el día que ellos murieran querían que los despidieran con fiesta, música y tequila. 

Alegres y humildes

Juan Édgar Mesa, de 43 años, y Luz Mila Rubiano Henao, de 37, salieron  de Ibagué el 15 de abril rumbo a Medellín. De allí emprendieron viaje para La Guajira.

“Quiero que los recuerden como ellos eran, humildes y con ese gran amor que daban. Mis papás no merecían esto, pero yo sigo al frente. Yo soy muy fuerte y voy a poder con mis hermanos (…)”, dijo  Katherin, de 22 años. 

Y agregó: “Voy a mover cielo y tierra para que me respondan por la muerte de mis papás. Esto no tiene perdón de Dios y si los que hicieron esto me están escuchando, sepan que no los perdono por todo el daño que nos están haciendo. Solo estoy esperando darles sepultura para mover cielo y tierra para que me respondan. Me quitaron la cabeza de la familia, mi papá y mi mamá eran mi amor más bonito (…)”. 

Recordó la joven que hace un mes, ella les dijo a sus progenitores que si ella moría, quería que los órganos y todo lo que tenía le sirviera a otra persona. “Mi papá me dijo: el día que yo muera, quiero que haya tequila y música de Zarabanda (Juan Carlos Zarabanda). Mi mamá dijo: yo quiero girasoles y muchas rosas. Les respondí, si está en mis manos, así será”, refirió la joven. 

Los cuerpos fueron sepultados, uno encima del otro, en el cementerio La Milagrosa. 

Me quitaron la cabeza  de mi hogar. Mi papá y mi mamá eran lo más sagrado que mis hermanos y yo teníamos. 

Katherin Mesa

  1. Reconoció los cuerpos

El viernes 23 de abril, Katherin Mesa Rubiano, de 22 años, reconoció los cuerpos de sus padres. La muchacha viajó desde la capital del Tolima hasta Valledupar en búsqueda de la pareja. La última comunicación que tuvieron fue el 20 de abril. Ese día, Juan Édgar y Luz Mila les informaron a sus hijos que iban para La Junta (Guajira) con el propósito de transportar un viaje de mango. No obstante, los teléfonos de la pareja de esposos dejaron de sonar y el GPS de la turbo de placas JVM – 025 dejó de funcionar.

  1. Pedían rescate

El 21 de abril, Katherin fue contactada por presuntos disidentes del ELN quienes exigían 35 millones de pesos por el rescate de sus padres. Según autoridades del Cesar, los delincuentes desvalijaron el vehículo y no contentos con esto, le propinaron un disparo en la cabeza a cada uno de los tolimenses. 

  1. No hay capturas

Aunque en redes sociales circula un video en el que supuestamente se muestra la captura de los asesinos, hasta el momento las autoridades ni la familia han confirmado la información. 

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