CAJAMARCA.Con el objetivo de pagar una promesa en Buga, Diego Alejandro Rubio Olaya salió en moto con su padrastro Óscar Andrés Gutiérrez. En un bus también iban a acompañarlos la esposa y la mamá de Rubio Olaya.
Inicialmente llegarían a Tuluá para visitar unas primas y a otros parientes, pero el objetivo no pudo ser cumplido. Un bus de Expreso Cafetero se les atravesó en el camino cuando iban en la salida de Cajamarca hacia Armenia, en la moto de placa ZGE 46C.
“Era una subida y en una curva íbamos normal cuando vimos el carro de servicio público que bajaba a toda por el carril de nosotros. No paró y yo grité. Con el bómper de la buseta nos pegó en la mitad de la moto y nos sacó volando, él (Rubio Olaya) cayó y yo quedé tres metros más arriba”, narró Gutiérrez.
Néstor Mauricio Valencia, quien conducía el microbús de placa VKQ 014, aparentemente siguió de largo arrastrando la moto varios metros y finalmente parqueó a un costado de la vía.
“Duré como tres minutos para reaccionar. Cuando recobré el sentido vi a Diego pero no me podía parar. Él se quedó quieto y no me contestaba. Después logré moverme, me fui hacia el muchacho y le hablaba, lo cogí del cuello y estaba inflamado”, agregó.
Por el fuerte golpe que Rubio Olaya recibió en la cabeza quedó sin signos vitales en la mitad de la vía.
El hombre trabajaba como contratista en Alcanos en La Dorada y en Ibagué para sostener a su hija y a su esposa Diana Marcela Gómez, con ocho meses de gestación.
