Perdonar nos hace bien

Suministrada: Q’hubo Ibagué

Margarita María Londoño qhuboibague@gmail.com

Llevar consigo el peso del resentimiento recarga enormemente el alma. Poco a poco va destruyendo la vida hasta hacer pensar que esta no tiene sentido. Enfocar la energía en el pasado desata lamentaciones innecesarias. Lo que ya sucedió no se puede cambiar, pero lo que pase en el presente y futuro requiere de una transformación, no es justo quedarse atascado en lo que pasó, esos hechos generaron heridas que hoy en día buscan a gritos sanación. Hay que quitarse la idea de la cabeza que se sana por quienes te han hecho daño, en realidad el alivio que se siente cuando se perdona es algo muy personal.

Para incrementar la confianza en sí mismo es necesario liberarse del rencor. Perdonar a las personas que causaron daños en nuestra vida, ayuda a limpiar nuestro ser interno, jamás es positivo tener asuntos inconclusos o quedarse con episodios dolorosos que lo único que hacen es restar el rendimiento personal. El perdón, aparte de ser sanador, también acaba con el miedo al rechazo, abandono y engaño, por lo tanto, incrementa las capacidades mentales brindando un estado de tranquilidad.

Permanecer amargados por los errores que cometieron otros es sacrificar la paz interna con la que contamos, en cualquier caso, siempre es importante aprender a perdonar con el fin de reforzar la estabilidad emocional a tal medida que las emociones tomen un equilibrio distinto. Caminar livianos por la vida desarrolla un estado de felicidad porque cuando perdonamos estamos siendo totalmente responsables ante nuestros propios sentimientos y también con las situaciones.
Hay un dicho común que dice ¡te perdono, pero no olvido! Que para muchos está fuera de congruencia porque si se perdona de corazón también se debe olvidar lo sucedido, pero esto no es algo tan sencillo por el hecho de que cada ser humano tiene un proceso cognitivo y dentro de este se encuentra vinculada la memoria, lo cual conlleva a los recuerdos más significativos, no obstante, sanar significa recordar sin dolor ni rabia alguna.

Por consiguiente, perdonar no significa continuar en relación con la persona que nos lastimó, el perdón es un tema complejo en el momento de tener que decidir quiénes continúan a nuestro lado y quiénes no. La liberación de los sentimientos negativos que han causado dolores emocionales no pueden estar expuestos a nuevas reincidencias, ya que si esto sucede estaríamos vinculados a círculos viciosos.

El perdón es el acto más hermoso y noble que existe cuando se tiene en cuenta que no es solo beneficioso para otros. Ponernos como prioridad en función de preocuparnos por nuestra salud mental, es tener muy claro que nadie hace cambiar a nadie, es uno quien debe de comprometerse con esos cambios. Cada persona lleva sus procesos mentales de la manera que quiere, por eso no hay que forzar el perdón de los demás antes de perdonar, de hecho, lo más lógico es perdonarse así mismo, de ahí empieza el verdadero sentido del perdón.

LOS EFECTOS DIRECTOS DE TENER RENCOR:
1- Enojo y amargura constante.
2- Dificultad para disfrutar de los buenos momentos presentes.
3- Padecer depresión y ansiedad.
4- Sentir que la vida no tiene sentido.
5- Vivir atado al conflicto interno.
6- Perder la creencia espiritual.
7- Dificultad para conectar asertivamente con los demás.
8-Debilidad mental y física.

PASOS PARA EJECUTAR EL PERDÓN:
1- Reconocer que la ausencia de perdón está afectando directamente tu vida.
2- Piensa si realmente es sano seguir oprimido en el rencor.
3- Reflexiona sobre la importancia de perdonarte y perdonar a quienes te han hecho daño.
4- Desahógate y expresa respetuosamente lo que sientes.
5- Acepta y corrige tus errores humanos.
6- Suelta y deja ir el pasado.
7- Aprovecha las cosas bellas que tienes hoy.

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