¿Qué es estar liberado/a sexualmente?

Fotos tomadas de internet/ Q’HUBO.

Norma Bejarano.

Psicóloga-Sexóloga

En estos tiempos la libertad que ha de ser lo contrario a la coacción, genera coacciones, dice Byung-Chul Han. “Hoy creemos que no somos un sujeto sometido, sino un proyecto libre que constantemente se replantea y se reinventa. Ese tránsito del sujeto al proyecto va acompañado de una (falsa) sensación de libertad”. Nos hacen suponer que salimos de la represión a la euforia, al goce; sin embargo, tal imperativo de gozo es chantajista, y coartador.

Creer que estar liberados sexualmente es estar hablando de sexo todo el día, portar el último juguete sexual, efectuar prácticas de “moda”, y demás aspectos ligeros, es caer en una permanente frustración producto de la presión. Los sujetos se han convertido en un nicho de mercado erótico.

No hay tal liberación, hay nuevamente un sometimiento a rendir, cumplir, innovar, o dar la talla, consumiendo y sumando acrobacias y pirotecnia varias. La falsa libertad sexual invita a hacer vitrina (mostrarlo todo), y a complacernos en los deseos diciendo “si” y “ya” a todo, una conminación que termina en desilusión.

En esta sociedad las personas que se consideran emancipadas sexualmente, realmente son dominadas, y viven sus angustias y ansiedades alrededor del tema, pues el sexo está inmerso en un sistema neoliberal que vende entorno a lo sexual.

¡Estar liberado sexualmente no consiste en ‘copular’ mucho!

Para Erich Fromm, la desobediencia como acto de libertad comienza por la razón. Desmontarnos de la ilusión de ser libres y comenzar a experimentar la realidad compaginándola con los propios deseos requiere pensar. Libertad sexual es saber decir ‘no’, cuestionando los mandatos, ya que la comprensión irracional de la sexualidad siempre será aprovechada por los inoportunos de turno.

Una persona liberada sexualmente debe ubicarse ‘intelectualmente’ en el mundo para actuar conforme a sus antojos y al margen de la coacción; quitarse prejuicios sobre sexo, culpas o sensaciones de “pecado”. Esto es, tener un encuentro sexual o erótico basada en sus gustos, apetencias, exploraciones, peculiaridades; hacer lo que se desea acorde a las propias necesidades.

Una persona con un buen grado de libertad sexual hace lo que le apetece de manera sana, coherente y satisfactoria. Ser libre sexualmente no consiste en echarse muchos polvos, o hacer quinientas piruetas, sino en saber qué hacer, por qué hacerlo, para qué y como vivenciarlo. Libertad sexual es poder decidir, resistir (rebatir) y ser disidentes en una sociedad capitalista que ha hecho del sexo un bien de consumo.

¿Cómo se comporta una persona en uso de su libertad sexual?

Conoce, acepta y valora su propio cuerpo. Controla su propia vida sexual. Toma decisiones sexuales bajo sus propios criterios. Busca información científica sobre sexualidad. Practica comportamientos de autocuidado. Maneja de manera eficaz las presiones del entorno respecto a su vida sexual. Selecciona espacios y prácticas de interacción sexual acordes a sus propias apetencias, necesidades y valores. Ejerce y defiende sus derechos sexuales. Considera su vida sexual como un significante en su proyecto de vida, etcétera.

¡La libertad sexual es saber interactuar con el otro!

Libertad significa en sus orígenes ama-gi: compartir con amigos, amor al prójimo, estar en paz con la comunidad, tener una plena comunicación, etcétera. La libertad de los sexos indica que debe haber una relación plena donde no se está adquiriendo un otro, cosificando, consumiendo o desnaturalizando sino conquistando, es decir, no se le está tratando como mercancía. La libertad o la sensación de esta es lo que nos permite conformarnos como humanos, crear vínculos o compromisos satisfactorios. Libertad (sexual) es saber que hay límites y poder hacer con esos límites.

«La libertad o la sensación de esta es lo que nos permite conformarnos como humanos, crear vínculos o compromisos satisfactorios. Libertad (sexual) es saber que hay límites y poder hacer con esos límites”.

DATO

Una persona liberada sexualmente debe ubicarse ‘intelectualmente’ en el mundo para actuar conforme a sus antojos y al margen de la coacción; quitarse prejuicios sobre sexo, culpas o sensaciones de “pecado”.

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