IBAGUÉ. Natalia del Pilar Chaves Ochoa tiene 24 años, a los 13 le empezó a salir una bolita en la axila, que con el transcurrir del tiempo se le convirtió en un tumor que le inmoviliza el brazo y le causa fuertes dolores.
El 11 de noviembre de 2014, cuando por fin le prestaron atención en Caprecom, un médico le dio la orden para la cirugía. Durante estos cinco meses la joven, quien no tiene trabajo fijo porque además le duele mucho el cuerpo, ha estado de I.P.S en I.PS con los papeles pero nadie le ha autorizado la cirugía.
Pero el caso de Natalia no es el único, a situaciones como ésta se exponen los 410 mil 54 ibaguereños que pertenecen al régimen de salud, entre contributivo y subsidiado, pues las entidades prestadoras de salud, E.P.S hacen con los usuarios, prácticamente lo que quieren.
No han hecho nada. Entre las funciones de la Secretaría de Salud Departamental está la de sancionar a todas aquellas E.P.S que vulneren el derecho a la salud de los ciudadanos. Sin embargo, como se dio a conocer ayer en un debate en el Concejo Municipal, Edilma Isabel Hurtado, secretaria de Salud del Tolima no ha llevado a cabo ninguna medida respecto al tema.
Además la Funcionaria llegó tarde al debate de control politíco y no contestó el cuestionario que le hizo llegar el Concejo.
Secretaría Municipal. Apesar de que, por ejemplo, la EPS Saludcoop tiene 178 mil afiliados en Ibagué, 40 camas para urgencias y, 13 médicos destinados para las urgencias (aunque en relidad atienden 8, por eso sus instalaciones se congestionan), Gilma Lucía Peña Daza, quien dirige la cartera municipal al parecer ha hecho poco refirió: “En los últimos 18 meses hemos hecho 9 visitas a Saludcoop y 7 a la clínica Nuestra Señora del Rosario. Faltan médicos pero hemos puesto una queja a la Superintendencia de Salud”.
Situación caótica. Según el concejal Jorge Bolívar, “cada E.P.S recibe del Estado, 630 mil pesos al año por cada afiliado al regimén contibutivo”.
Esta cifra equivale a más de dos mil millones de pesos, solo para Ibagué, las largas horas de espera en los servicios de urgencias, demora en las autorizaciones, en las citas médicas y en la entrega de medicamentos es consecuencia de la negligencia y de la falta de administración de las E.P.S.
Con la falta de camas en Ibagué, una ciudad con más de 550 mil habitantes y que se proyecta por su ubicación, estadísticamente, a cada ibaguereño le correspondería un cero punto 58 por ciento de una cama.
