IBAGUÉ.Un hecho trágico sucedió el lunes en la noche cuando una vela incineró la mesa de noche y la cama de don Rafael Rocha Molina, en el momento en que dormía.
Eran las 10:30 aproximadamente cuando Rocha Molina estaba en su cuarto un poco desordenado. La costumbre del abuelo era dejar una vela prendida.
Luis Enrique Rocha, hijo del hoy occiso, le contó a Q’HUBO: “El humo llegó a mi cuarto, y de inmediato me levanté y observé que salía de la otra habitación”, manifestó.
Las llamas que estaban quemando a Rafael fueron apagadas con agua por su hijo.
Luis Enrique cogió a su padre y lo acostó sobre un pedazo del colchón que no fue incinerado, y salió a buscar ayuda en la casa de una vecina de donde llamó a un pariente.
Minutos después el anciano fue llevado a la Unidad de Urgencias del Hospital Federico Lleras Acosta, sede La Francia, donde llegó con quemaduras de segundo y tercer grados, por lo que los médicos estaban buscando el traslado a una ciudad donde tuvieran un pabellón de quemados, pero la muerte se lo llevó antes.
Una de las personas que recordó a don Rafael fue María Clara Rincón, la representante legal de la Fundación Hogar del Adulto Mayor Santa Clara de Asís, quien lo invitó el martes pasado a una integración con los demás ancianos, ya que les iban a celebrar el Día del Adulto Mayor:
“Él era vecino de la cuadra, y tengo entendido que fue uno de los colonizadores de este barrio junto con mi tía que me dejó la casa para la obra (la fundación)”, indicó.
Rincón evocó cuando veía pasar a su vecino con leche y pan, y dijo: “Era una persona muy querida”, refirió.
Con lágrimas en sus ojos, Rincón se acordó de Rocha Molina el día de la integración, la primera vez que él departía con los de la Fundación. En esa ocasión le dio varias veces las gracias y le dijo que Dios los bendijera. Esa fue la despedida del abuelo.
En cifras: 91 años de edad tenía Rafael Rocha Molina.
