Comerciantes de la Plaza de mercado La 14, de Ibagué, hacen un llamado de auxilio por Albeiro Muñoz Romero, un hombre natural de Armero, que desde la tragedia vive en la calle.
Las personas lo ven muy enfermo y no quieren que un día de estos encuentren a ‘Mantequillo’, como le dicen de cariño, sin vida sobre el andén de la calle 15 con carrera Primera.
En diálogo con Q’HUBO, con nostalgia, ‘Mantequillo’ recordó que en la avalancha del 13 de noviembre de 1985, perdió a toda su familia. Él se salvó de la tragedia de Armero porque estaba en La Dorada (Caldas) entregando 100 libras de mantequilla. Su oficio era hacer mantequilla y le iba muy bien.
En la casa materna, una casa inmensa, situada en Armero, murió toda su familia, incluidos la esposa y los hijos.
LA CIFRA
63 años tiene Albeiro Muñoz Romero. La familia murió en la tragedia de Armero.
Luego de esa dura experiencia, Albeiro se echó a la pena y terminó en la calle. Lleva 30 años recorriendo la Plaza de la 14 y una parte de la calle 15.
Según los comerciantes, ‘Mantequillo’ es una persona muy buena. Para muchos, es como un hijo. Hasta hace seis meses se le veía muy activo, ayudando a entrar y sacar mercancía, pero ya casi ni puede caminar porque se asfixia.
“Doy cinco pasos y estoy como un pez cuando lo sacan del agua. Por eso permanezco acostado. Si llueve, trato de protegerme del agua, pero casi siempre estoy a la intemperie.
Me gustaría estar en un hogar de paso, dormir en una cama, sentir el calor de una casita”, dijo.
Aseguró que hace 15 días fue a buscar atención médica en el Hospital San Francisco. Estuvo unos días hospitalizado, pero se aburrió y se fue. Las personas que lo conocen le compran medicamentos para el dolor como acetaminofén y unos inhaladores.
DATO
El estado de salud del señor se ha deteriorado bastante. Ya casi ni puede caminar.
YA NO ES EL MISMO
Jorge Otálora, comerciante de la Galería, le hace un llamado a la Alcaldía para que le dé una manito a ‘Mantequillo’. “Él era muy colaborador, activo, ayudaba a cuidar los negocios, pero este año el estado de salud se deterioró mucho. Además de que tiene dificultad respiratoria, la cara, manos y pies se le hinchan. Yo le doy comida, le doy para la motilada, pero no estoy tranquilo de verlo así. Hasta el color de la piel le ha cambiado. Es una buena persona que merece una segunda oportunidad”, puntualizó.
REDACCIÓN Q’HUBO
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