Uno de los primeros mecánicos de Juan Pablo Montoya vive en Ibagué

 En el taller ubicado en la calle 27, labora el mecánico Frank Hoyos Foto: Hélmer Parra / EL NUEVO DÍA / Q’HUBO IBAGUÉ.

ANTONIO GUZMÁN OLIVEROS

El próximo domingo el piloto más importante que ha dado Colombia volverá a correr las 500 millas de Indianápolis, en Ibagué estará frente a la pantalla Frank Hoyos, quien fue su mecánico en la kart.

Sobre la 1 de la tarde de hoy, el piloto colombiano Juan Pablo Montoya rodará por el mítico óvalo de Indianápolis, con el fin de lograr la pole position para la edición 105 que se correrá el próximo domingo.

El bogotano, quien estará por sexta ocasión en esta importante cita del automovilismo, y alzó el trofeo Borg Warner en 2000 y 2015, tendrá, cuatro años después, una nueva oportunidad para correr en Indiana, esta vez con el equipo Arrow Mc Laren.

En Ibagué reside el kartista Frank Hoyos, quien fue uno de los primeros mecánicos de Juan Pablo Montoya, cuando el pequeño iniciaba su vida automovilística y seguía los pasos de su padre Pablo Montoya.

Cuenta Frank Hoyos, quien ha sido varias veces campeón nacional de esta categoría, que conoció a Juan Pablo Montoya en el barrio La Estrada, donde ambos vivieron en Bogotá.

“Era un barrio popular, Juan Pablo Montoya tenía en ese entonces 11 años y corría en un chasis Bidel, de esos que uno debía empujar. Nos regalaban además las llantas; era una escuela de calle, pero nosotros éramos pioneros, había camaradería entre nuestros padres.

“Montoya corrió por primera vez en el kartódromo de Cajicá, después estuvo en Los Gansos, en Manizales, en varias válidas nacionales, luego empezó a hacerse famoso y lograr contratos”, cuenta Hoyos.

Rememora este mecánico santandereano, que llegó hace 10 años a vivir a Ibagué, que se movilizaban en unos Simca, y sobre los techos subían los karts, ya en los bóxes era el trabajo de mecánica y puesta a punto de los motores; por supuesto, sin la tecnología que hoy se maneja.

Las pistas tampoco eran modernas, cada uno hacía su trabajo en el carro. Dice Frank que desde niño, Montoya sabía lo que quería y empezó a figurar, hoy, es su ídolo.

“La gente lo toma como prepotente, pero ese carácter, que lo trae desde niño, esa forma de ser, es lo que lo ha llevado a ser lo que es hoy en día, una persona decidida, correcto en sus cosas, él nació para eso. Luego ingresó a la escuela y hoy en día es una satisfacción grande para mí, verlo campeón”.

En el taller, Frank recuerda la última vez que habló con Montoya, fue para una exhibición en Tocancipá, en esa ocasión tuvo la oportunidad de saludarlo y compartieron algunas palabras por unos minutos.

“Él se ha ganado todo con mucho sacrificio, y mucho más, ahora le sigue sus pasos su hijo (Sebastián), por eso cuando puedo veo sus carreras y para mí es un orgullo saber que hice parte de la historia de Juan Pablo, ser amigo de su padre, de su familia”, puntualizó Hoyos. 

Juan Pablo Montoya en sus inicios como kartista. En el kartódromo, Frank Hoyos (suéter vinotinto), junto con un tío de Juan Pablo Montoya. Fotos: Internet / Suministrada / Q’hubo Ibagué

Trabajo social

Frank Hoyos también es sensei, y con su escuela enseña de manera gratuita artes marciales a niños adolescentes de escasos recursos, pero también busca por medio de empresarios, llevar un poco de felicidad a sus estudiantes, y por eso, con apoyo de Juan Raúl Solórzano, llevará a 50 alumnos el próximo domingo a Playa Hawaii.

“Queremos que tengan un tarde de distracción, que conozcan este lugar, pues algunos no tienen la oportunidad de comprar una entrada, y por eso aprovecho para agradecerle a este empresario esta nueva oportunidad, ya que hace dos años nos dio entradas para niños indígenas”, indicó Frank Hoyos.

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