Dos puñaladas acabaron sus sueños

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IBAGUÉ. Los sueños de un ibaguereño fueron truncados en tierra ajena donde llegó a cumplirlos y donde también encontró la muerte.

 

Historia. El lunes en la tarde fue sepultado Diego Fernando Canizales Acero, en el pabellón 18 de la fila tres del cementerio San Bonifacio de Ibagué, tras ser asesinado en la localidad de Suba, Bogotá.

Años atrás Canizales Acero viajó desde la Musical hacia la capital de la República, donde estudió, se enamoró de Millonarios, consiguió trabajo y quería profesionalizarse en el área del diseño gráfico, sin embargo sus metas no las pudo alcanzar por culpa de tres sujetos que acabaron con su vida a puñal.

Canizalez Acero departía con unos amigos en una cigarrería cerca a su residencia en el barrio Los Almendros. Luego de varias ‘polas’ se devolvió hacia su morada en compañía de un ‘parcero’, allí cruzó unas palabras con su mamá Graciela Acero mientras comía algo.

El tolimense y que era hincha del cuadro capitalino se despidió de su progenitora pues iba a dar una vuelta. Su pensado era no demorarse, pero cuadras más adelante fue atacado y nunca más volvió a su hogar.

En la esquina, estaban tres hombres. En el momento en que pasó Diego Armando, presuntamente uno de ellos lo agarró e insultó. Pero el ibaguereño no le respondió, prefirió quedarse callado para no empeorar la situación, sin embargo el individuo sacó una navaja y le propinó una herida en el pecho.

Canizales Acero intentó escapar de la zona y corrió varias cuadras, pero los victimarios siguieron atacándolo. Herido y ensangrentado el hoy occiso ingresó a un negocio en la carrera 115 con calle 152 para defenderse, mientras que su amigo invadido de temor lo abandonó.

La comunidad alertó a la Policía sobre el hecho y por su parte los delincuentes escaparon sin dejar rastro.

Canizales Acero cayó al piso debido a las heridas, por lo que fue trasladado a las urgencias del Hospital de Suba donde los médicos reportaron su deceso.

El cuerpo del ibaguereño fue trasladado a la calle 13 número 3-58 del barrio Matallana, de Ibagué donde se llevó a cabo su velación. Allí todos sus allegados le dieron el último adiós y lo recordaron como un joven que no se metía con nadie.

Las autoridades capitalinas descartaron que el hecho fue por problemas entre barras bravas e investigan los móviles que están relacionado con un caso de intolerancia.

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