IBAGUÉ. Sentimientos encontrados tuvo María Olga López al ver por primera vez a su hija, Ana Luz Castañeda, luego de 30 años de separación.
Cuando la bebé de aquel tiempo tenía apenas siete meses de nacida, su padre la distanció de la familia perdiendo toda comunicación: “Vivíamos en Acacías, Meta, me separé de mi esposo y arreglamos que él velaba por la niña y yo por el niño de cuatro años, pero le perdí todo rastro”, expresó Olga.
Luego de años de incertidumbre por conocer el bienestar de su hija, un día cualquiera una señora se le acercó y le dijo que su primer esposo la estaba buscando, fue cuando intercambiaron teléfonos y empezó la búsqueda maratónica.
“Empecé a hacer llamadas, luego me dieron el teléfono de mi hija, ella vive en Tuluá y logramos comunicarnos. Desde hace un año nos hablamos por teléfono pero no nos conocíamos”, dijo con la alegría reflejada en su ojos, María Olga.
“Pensé que no iba volver a ver a Ana Luz, afortunadamente acordamos reencontrarnos en Ibagué por ser un punto neutro para las dos, ella vive en Tuluá y yo en San Carlos de Guaroa, Meta. Todo ha sido felicidad, la veo bonita, grande”, añadió la mamá.
Ana estuvo muy callada, analizando la buena nueva, y teniendo a su mamá entre sus brazos, pero dijo estar agradecida con su familia, y dichosa de conocer a su mamá para poder adelantar el cuaderno que se quedó en las primeras páginas de vida de Ana Luz, y hoy ya tiene 29 años.