IBAGUÉ. Gustavo Vásquez Pardo fue absuelto de la condena por el delito de porte, tráfico o fabricación ilegal de armas de fuego, pero en segunda instancia, la Sala Penal del Tribunal Superior de Ibagué lo ratificó como culpable del homicidio agravado de Alexánder Hernández Vásquez, cometido el 30 de diciembre de 2008 en El Espinal.
Dicha rebaja representó el descuento de 20 meses de prisión, es decir, un año y ocho meses, de la condena inicial proferida por el Juzgado Primero Penal de El Espinal, que lo había condenado a 420 años de cárcel.
Los hechos ocurrieron el 30 de diciembre de 2008 en cercanías a la Escuela de la Policía Gabriel González, cuando según relato de los testigos, Vásquez Pardo, suboficial de la Institución, entabló una fuerte discusión con el occiso y cuando Hernández Vásquez abordaba su bicicleta, el condenado le disparó en la espalda y huyó del lugar para metros más adelante abordar la motocicleta de un compañero suyo, identificado como Diego Fernando Molina Piñeros.
Hernández Vásquez, herido de gravedad, pidió auxilio e incluso intimidó a un menor de edad con un arma blanca para que lo llevara en una moto al hospital. Finalmente fue trasladado a un centro asistencial por miembros de la Policía, pero horas después falleció.
La defensa apeló la condena de 20 años y ocho meses, proferida en primera instancia por el Juzgado Primero Penal de El Espinal el 4 de marzo del año pasado. El defensor solicitó revocarla y conceder la libertad al suboficial por lo que aportó entrevistas a testigos y declaraciones que manifestaban que en la Escuela Gabriel González había una garita al punto de entrada y que para la época había un guarda de seguridad que dijo no haber escuchado el disparo.
La Fiscalía, por su parte, refirió que la presencia del sargento Molina Piñeros era parcializada y favorecía al acusado porque recogió al enjuiciado después de ocurrido el hecho.
La Sala Penal consideró que la discusión se presentó en la carrera 13 entre calles Séptima y Octava, contigua a la Escuela de Policía Gabriel González y que si el guarda no escuchó el disparo no quería decir que no hubiese sucedido. Otros factores como un reporte de la minuta que señala la presencia del suboficial en el lugar, fueron suficientes para ratificar la condena por homicidio agravado.
