Amanecieron con ganas de morir

 

IBAGUÉ. Como José Navarro, de 35 años de edad, fue identificado un hombre que pretendía acabar con su vida ayer en el conocido puente de La Variante de Ibagué.

El encargado de dar aviso a las autoridades fue José Alberto Cortés Díaz, dueño de un reconocido puesto de avenas y empanadas por la misma ruta, quien no sólo ha tenido que presenciar varios intentos de suicidio, también ha visto cómo se han extinguido algunas vidas y ha salvado otras:

“El señor se bajó de un taxi y se sentó con una cerveza en la mano. Eso fue alrededor de las 6:30 de la mañana. Con cara de haber trasnochado caminó hacia el puente de La Variante. Cuando me di cuenta que se estaba subiendo la reja, corrí y le ‘eché mano’, hasta que llegó la Policía dos horas y media después”, contó Cortés Díaz.

Al parecer lo que motivó al hombre a cometer el intento de suicido, fue un problema familiar, según lo aseguró Jose Alberto Cortés, quien sirvió de confidente al suicida: “Me contó que tenía esposa y dos hermosas hijas a quienes amaba mucho. Sin embargo confesó a su esposa que él tenía otra hija por fuera del matrimonio. Se le formó el problema más berraco con la mujer y por eso llegó hasta aquí”, agregó.

Al lugar llegó el Cuerpo de Bomberos y dos agentes de la Policía Metropolitana, quienes auxiliaron al hombre, alentándolo a regresar a su vivienda junto a su familia , y solicitándole a un vecino de la zona que lo llevara de regreso a la ciudad.

 

Una mujer también lo intentó

 

Habiendo transcurrido sólo una hora, al mismo puesto de empanadas del señor Cortés Díaz llegó una mujer con botella de aguardiente en mano y en estado de embriaguez. Pronunciando en repetidas ocasiones: “No me voy a matar”, lloraba haciendo preguntas como ¿Qué pasa si me mato?

La mujer aseguró llamarse Dalila Santos, de 47 años de edad, quien entre su llanto dijo: “Soy una mujer trabajadora, me gusta el trago, pero no soy una mujer fácil, ni ladrona. Estoy así porque mi marido me pegó. Todos los días vivo un calvario. Todos me odian, todos me desprecian”.

Dalila Santos presentaba golpes y moretones en su rostro y cuello producto, al parecer, de una fuerte golpiza que le propinó la noche anterior su compañero Jorge Bernal, un conductor de camión con el que vive desde hace cinco años.

 

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