ARMERO. Con una misa, un concierto y una lluvia de pétalos de rosas se conmemoraron los 32 años de la tragedia de Armero que enlutó a todo un País. Al camposanto arribaron aproximadamente tres mil personas, unas para pagar promesas a la niña Omaira, otras para llevarle flores a las tumbas de sus seres queridos que perdieron en la avalancha que acabó con la ‘Ciudad Blanca’ de Colombia, o simplemente para recordar entre las ruinas lo que un día fue Armero.
En medio de los actos protocolarios cientos de personas aprovecharon el momento para hacer su negocio, pues las ruinas también sirvieron para vender de todo desde comida, ropa, adornos navideños, sombreros, cerveza, imágenes religiosas, escapularios, películas de la tragedia y hasta recorrido en motocarro hasta la tumba de Omaira.
Enmontado. Este año, los parientes de las personas que fallecieron el 13 de noviembre de 1985 señalaron que la Alcaldía no mandó a limpiar el terreno como de costumbre, por lo que con machete en mano cortaron la maleza. Así le pasó a José Ramírez, quien tenía 32 años de edad cuando sucedió la avalancha que le arrebató a su mamá, una hermana y una tía. Él se salvó, pues ese día corrió hacia la parte alta del cementerio. Hoy en día vive en Armero Guayabal, pero tiene intactos los recuerdos de la peor tragedia de Colombia.
Negocio. Desde la Costa, Ibagué, Armero Guayabal, Bogotá, Mariquita y otras regiones del País llegan integrantes de la familia Tovar Cala a su cita de cada año para recordar a sus 12 seres queridos que fallecieron en la tragedia. Ayer no fue la excepción y con claveles rojos adornaron las tumbas de los suyos, sin embargo se llevaron una sorpresa que poco les gustó, pues cerca de donde estuvo su vivienda había negocios que perturbaban el momento en que recordaban a sus parientes: “No nos gustan estos comederos, qué tristeza que al llegar a la casa de uno estén todos metidos acá, antes nos reuníamos y nos sentábamos. Mandamos a limpiar con anticipación y se meten otros, esto se convirtió en negocio, deberían respetar o al menos hacerse en otro sitio”, refirió uno de los miembros de los Tovar Cala.
