IBAGUÉ. Acompañado de la familia, amigos y esposa, José Agustín Perea Pérez, festejó los 100 años de vida en su casa ubicada en el barrio San Simón. En la celebración del natalicio hubo serenata, torta y muchos abrazos para felicitar al abuelo natural de Alvarado.
Como el siglo de vida no se cumple todos los días, los hijos organizaron el agasajo en el que el protagonista fue Agustín. El trago y la rumba vallenata fueron reemplazados por gaseosa y un trío de música de cuerda, que hicieron evocar las épocas cuando Perea coqueteaba a su señora Evelia Rubio, con quien lleva 60 años de feliz matrimonio.
“Estoy contento, me siento dichoso de estar vivo, le pido la Dios que me proteja y me deje vivir por muchos años más”, aseguró el adulto mayor, sentado en su silla preferida.
Los 100 años han sido una grata experiencia de vida para quienes conocen Agustín. La coherencia para hablar y la memoria que trae a su mente para recordar cuando trabajaba en el campo en una de las veredas de Alvarado, y el caballo ‘aperado’ que dio a su amada para que se transportara, lo llenan de satisfacción.
“Yo trabajé durante mucho tiempo, y en eso la conocí y me la llevé a vivir porque era una mujer buena y podía se excelente mamá”, dijo entre risas.
Los secretos para conservar la vitalidad son muy sencillos: Estar acompañado de la familia, no tomar, no ver televisión, acostarse temprano y poca rumba, son el éxito del adulto para ver crecer a los suyos.
No es para menos, Agustín y Evelia tienen cinco hijos: Marina, Arquímedes, Flor, Pompilio y Silvia; 17 nietos y ocho bisnietos. Aunque hace rato no ve a la cigüeña dijo que la familia está creciendo.
