¡Dificultades en la erección(EL GATILLAZO)!

Norma Bejarano.

Psicóloga-Sexóloga

Escribe Bruno Martínez «la impotencia no existe más que como relato. Pero existen los hombres “impotenciados”; que son aquellos que han asumido el relato de la impotencia y creen que existe una falta en su masculinidad, una herida en su virilidad fálica, que viven con dolor y sufrimiento. (…) por creer que su valía como hombre residía en un proceso fisiológico, una dificultad común posiblemente solventable, acaba en sufrimiento innecesario».  A la erección se le han suscitado misticismos y supersticiones varias hasta convertirla en criterio de virilidad y potencia masculina. Sin embargo, la erección es un mecanismo complejo donde intervienen los sistemas nervioso, vascular, endocrino y otros eventos fisiológicos; es una respuesta que se da de manera mecánica, es decir, no es voluntaria. Así cualquier interferencia en su condición “natural” por cansancio, estrés, exigencias, miedos, etcétera, hará que se afecte de manera inesperada.

¿¡Cuánto más dura, mejor!?

La obsesión por la utilidad, la función, el uso y el imperativo de gozo a través de los genitales lleva a que si de repente ocurre un “gatillazo” se perciba un mal ambiente, una idea de insatisfacción, y se abandone la escena erótica. Pues el sujeto se ve impotentizado en el manejo de su “rol” o el que cree que debe tener y esto le crea un umbral de baja tolerancia hacia eso que percibe como un fracaso, ya que “no dio la talla” según su nivel de aspiración. La vivencia del fracaso inicia un proceso de horror, herida, vergüenza y dolor que comienza a configurar como algo disfuncional con sus respectivos efectos: creerse “impotente”.

 ¡Una dificultad común!

Algunas dificultades eréctiles surgen también por diversos tipos de alteraciones orgánicas. Pero también hay que procurar que los sujetos se comprendan desde otros asuntos. Traumatismo, problema, disfunción son conceptos que no colaboran mucho a que un hombre se sobreponga a esas situaciones. Un “fallo” en la erección hay que apreciarlo cómo lo que es, una dificultad común (ocurre a todos en alguna ocasión), es decir, que no hay nada aterrador ni raro en un pene que no erecta.

Una  dificultad en la erección conocida como “gatillazo”, es una metáfora. La ciencia lo explica: cuando el sistema nervioso simpático se dispara (ansiedad. p. e), afectando los flujos sanguíneos que no se dirigen al genital sino que se conducen por otros caminos. Aunque generalmente sucede porque el sujeto por diversas situaciones no cuenta con habilidades para compartirse generando distancia física – corporal y afectiva. También porque en sus angustias de gozo rompe la fantasía, cancela todo relato deseante que en esos momentos es lo que nos une al otro. El sujeto por “querer quedar bien” deja de estar en el fantasma deseante; esto es que se cae el sustento del encuentro, pues, no practicamos sexo sobre la cama sino sobre una fantasía. Sin esa fantasía se desconecta el ser erótico y se produce la caída.  Así, lo clínico y lo sexológico no se contraponen, siempre debe haber un sentido y una utilidad. Dotar de sentido deseante las erecciones es darles la importancia apenas necesaria sin magnificarlas, pues si la erección no es posible, queda el sujeto, queda el encuentro. Nuestra valía y capacidad de disfrute no está en los genitales.

¡Una idea!

¿Cuál es el fin de la amatoria?, ¿el placer? ¡No! dice Bruno: “El fin del encuentro es el encuentro; el encuentro es una acción autotélica. Su telos (fin, propósito) es el mismo hecho. (…). Los placeres son mediadores, pero no son el fin mismo. Un encuentro sólo se da entre sujetos capaces de verse en sus vulnerabilidades compartidas”.

Norma Bejarano.
Psicóloga-Sexóloga.
Instagram
@normasexologia020

MÁS NOTICIAS

Ladrón robó celular y descubrió que el dueño era infiel: lo delató con la novia, pantallazos y pruebas

¡La serenata de moda! Esta es la declaración de amor que conmocionó a los ibaguereños

Noticias Recientes

Suscríbete

Recibe contenido diario con nuestra suscripción mensual.

Danos tu opinión