Juan Camilo Páez Ruge, ibaguereño asesinado en Lima, Perú. Archivo Q’Hubo.
Redacción Q’hubo
qhuboibagué@gmail.com
Al dolor por la pérdida de su ser querido en circunstancias violentas en Perú, ahora se suma la tortuosa espera para poder darle sepultura en su tierra. La familia de Juan Camilo Páez Ruge no ha podido traer de vuelta los restos del estilista asesinado en Lima.
Urge darle último adiós
A una semana del crimen de Juan Camilo, estilista ibaguereño que fue asesinado el pasado 1° de octubre en su residencia ubicada en la calle Narciso de la Colina, del distrito de Surquillo en la capital peruana, su familia aún no sabe cuándo podrán darle el último adiós sus seres queridos.
Gracias a la agilidad y disposición de una familiar residente en ese país, se envió a Colombia un documento de solicitud de homologación de las huellas digitales del occiso, con la colaboración del Gobierno peruano, que agilizó el trámite.
Sin embargo, luego de este proceso inició el calvario para los dolientes de Juan Camilo, especialmente para su progenitora, María Eugenia Ruge, dado que hasta la fecha la Registraduría Nacional no ha dado respuesta a la solicitud de homologación de las huellas para que se autorice la llegada del cuerpo del estilista a su tierra natal.
En la carta enviada por la señora Ruge a la agencia gubernamental se explica que en Perú su hija Ana Lorena ya hizo el reconocimiento del cuerpo y exige celeridad en el proceso. “Les pido tener consideración con nuestro dolor porque yo como madre estoy destrozada aquí en Colombia con nuestra familia”, se lee en la misiva que no obstante hasta la fecha no parece haber tenido eco en esa institución.
Una noche fatídica
Juan Camilo Páez Ruge fue hallado sin vida por un amigo en el interior de su vivienda. En el lugar fueron halladas las llaves de un vehículo marca Toyota que estaba parqueado frente al predio y en el cual se presume llegó el asesino al lugar. En el sitio también fueron hallados un cuchillo, varias cervezas, una bolsa con marihuana y una factura, elementos que sirvieron para que las autoridades peruanas iniciaran la investigación por el lamentable homicidio de esta ibaguereño que creció en el barrio Calarcá y que emigró hace años al país vecino en busca de un mejor futuro.
