Hay que establecer límites con los hijos, le contamos la importancia de hacerlo

Foto: Archivo/Q´hubo

Margarita María Londoño qhuboibague@gmail.com

las normas y las reglas son necesarias en la sociedad, de modo que sirven para que las personas sepan lo que está permitido y lo que no. Es decir, existen parámetros que tienen como finalidad fomentar una buena convivencia colectiva y esto comienza a fortalecerse desde la crianza en casa. Los padres de familia deben de saber muy bien que educar a sus hijos de manera asertiva es contribuir a que sean excelentes ciudadanos.

El modelo permisivo de los padres ayuda a crear estructuras mentales desadaptativas en sus hijos, por lo tanto, decirle sí a todo lo que quiere el niño o el adolescente es crearle una enorme afección en su personalidad, lo cual en un futuro tendrá consecuencias desagradables. Complacer y aceptar todo lo que hacen o dicen los hijos es formarlos de manera equivocada sin poner límites en sus conductas.

La autoridad de los padres siempre es necesaria en las etapas iniciales donde la mente está en pleno desarrollo.

En realidad, todo aquello que se les permite en casa será reflejado fuera de ella, entonces creerán que todo el mundo es igual a papá y mamá, quienes toleran, aguantan y agachan la cabeza. Los verdaderos tropiezos en la vida los enfrentarán a grandes frustraciones al ver que en el mundo hay personas que les dirán no a algo, poniendo límites a sus comportamientos.

Amar a los hijos requiere de una equilibrada dosis de disciplina, que se acompaña de las reglas normales establecidas, las cuales miden hasta dónde pueden llegar. Esto es de suma importancia enseñarlo en el modelo de crianza porque para educarlos adecuadamente es elemental, no complacerlos en todo, o si no, terminarán los roles totalmente invertidos.

Recomendaciones para poner límites a los hijos

1 Define con claridad las normas de convivencia en casa.

2 Utiliza un lenguaje respetuoso.

3 Da órdenes concretas.

4 Sé firme con las normas.

5 Explícales la importancia de respetar los límites.

6 Controla tus emociones.

7 Sé un ejemplo a seguir.

8 Háblales sobre las posibles consecuencias de saltarse los límites.

9 Enséñales a decir ¡no!, cuando sea necesario.

10 Haz que reflexionen sobre sus comportamientos.

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