Sentido adiós al maestro Rodrigo Silva

IBAGUÉ. “Ya se murió mi viejo, ahora el viejo soy yo”, fue una de las canciones que en medio de la despedida entonaron los asistentes a la velación del maestro Rodrigo Silva en homenaje a su memoria.

Entre esas voces, estaba la melodía entrecortada de su hermano, Eduardo Silva Ramos, quien fue uno de los precursores de la carrera del hombre insignia de la música colombiana. “Mi mamá quedó viuda con 10 hijos y por ser uno de los mayores me encargué de la crianza de Rodrigo. Cuando me nombraron gerente de Fruco en Medellín me lo llevé y allá conoció al trío de Los Hermanos Hernández de Aguadas, Caldas. Ese encuentro fue el inicio de su carrera, la misma que terminó el lunes y nos dejó con una profunda melancolía”, señaló el único varón que queda del matrimonio Silva Ramos, del que aún sobreviven las dos hermanas Fanny y Constanza.

Reacciones. A la sala Alberto Castilla del Conservatorio del Tolima, llegaron los amigos entrañables que con lágrimas expresaron el sentimiento que los embargó con la muerte del cantante del dueto Silva y Villalba. “Deja huérfana la música del interior del país y logra un lugar especial en la inmortalidad tras 50 años de lucha, con sueños que desde niño empezó a alimentar para convertir la música en la bandera Nacional como el distintivo que tenemos nosotros para la Nación”, dijo el escritor, Carlos Orlando Pardo. También, el exgobernador Luis Carlos Delgado Peñón; el alcalde de Ibagué, Guillermo Alfonso Jaramillo; funcionarios, amantes del folclor y miles de ciudadanos, revivieron la música colombiana en homenaje a aquella voz que se apagó a causa de una penosa enfermedad que no fue atendida de manera eficaz, por el sistema de salud del país al que le entregó sus mejores versos.

 

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