IBAGUÉ. ¡No joda compa!, yo creo que nadie debería estar expuesto a los malos olores que salen de una red de alcantarillado y tampoco deberían haber chorros de aguas negras por ninguna parte de Ibagué. Ayer pasé por La Permanente (en la calle 21) y huele hediondo, fétido, horrible y en el sector no sólo queda La Permanente, también está la Comisaría y la Inspección Quinta.
Hace un año. Me puse a indagar sobre la situación y mi amigo conocido como ‘El Paisa’, quien lleva más de 30 años vendiendo dulces en su puestico, aseguró que hace un año aproximadamente el alcantarillado colapsó.
Desde ese momento el chorro de aguas negras es el ‘pan de cada día’.
“Imagínese ese olor todos los días. Qué bueno sería que el Gerente del Ibal viniera o tuviera la oficina cerca”, añadió ‘El Paisa’.
“Eso no es nada, el agua de los baños de las tres oficinas rebozan. Por eso los usamos cuando es estrictamente necesario”, me dijo una funcionaria quien reservó su nombre.
“Hemos gestionado para que el Ibal cambie la red que está en tubería de gres y la instale en PVC, pero no ha sido posible y eso que este es un terreno de la Alcaldía”, añadió otro funcionario público de quien mejor, tampoco doy el nombre para evitarle inconveniente laborales.
Qué lastima, qué lastima con las cerca de 160 personas que están detenidas en La Permanente, pues a pesar de sus errores son seres humanos. Las aguas negras del lugar también se rebozan y al hacinamiento en el que están hay que sumarle los malos olores.
La semana pasada una abuelita que iba a hacer una diligencia en una de los oficinas se cayó, se raspó la pierna, según me contaron.
Los perjudicados con el chorro de aguas negras son muchos, están las personas que salen de La Terminal y las que hacen mercado en la Plaza.
A varios se les ha caído las frutas y verduras y ¿qué les toca hacer?, recogerlas, limpiarlas y seguir, o botarlas. ¡No hay derecho!
