Tres Tolimenses buscan sus raíces: fueron adoptados en Ibagué y Bogotá por familias europeas en la década de 1980

Carlos Gustavsson, Sheyenna María Inés Gómez Van Der Heijde y Espen Fabián Solem y . Fotos: Suministradas / Q´Hubo

Edwin Gutiérrez

qhuboibague@gmail.com

Desde finales de los años 70 y durante la década de 1980, cientos de niños colombianos  fueron adoptados por familias europeas, algunos de ellos, al parecer, de manera irregular, pues hay versiones que aseguran que muchos adoptantes pagaban hasta 15 mil dólares para agilizar los trámites y poder llevarse a los menores lejos de sus hogares. Debido a esto, hubo denuncias e investigaciones sobre desapariciones y tráfico de niños. 

En otros casos, las adopciones se hicieron de forma legal porque se trataba de niños declarados en abandono debido a condiciones de maltrato, desnutrición, abuso, entre otras situaciones que obligaban a las autoridades a restablecer los derechos de los menores y ubicarlos en hogares sustitutos o darlos en adopción. 

En el Tolima, durante los años 80, hubo decenas de adopciones de niños abandonados o víctimas de la tragedia de Armero. Este es el caso de tres tolimenses, que se fueron a vivir con familias adoptivas a Suecia, Noruega y Países Bajos, cuando tenían menos de cinco años de edad. Hoy buscan a sus padres biológicos para conocer sus orígenes y encontrar respuestas a muchos interrogantes que han surgido en las últimas tres décadas.  

Carlos fue adoptado en Ibagué 

Carlos Gustavsson es un tolimense de 42 años que vive en Estocolmo, capital de Suecia, ciudad a la que llegó a mediados de la década de 1980 después de ser adoptado en Ibagué por una familia de ese país. El colombiano Fabio Moreno, abordó el año pasado a Carlos en Estocolmo para conocer sobre su proceso de adopción y acerca de la búsqueda de su mamá y su hermana en el Tolima. 

Cuando Gustavsson vivía en Colombia se llamaba Carlos Augusto Rodríguez y, según el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), es oriundo de Venadillo. Recuerda que la vida le cambió el jueves 7 de noviembre de 1984, cuando un policía llamado Misael Escobar Murillo, lo encontró en una de las orillas del puente sobre el río Chipalo, a su paso por el barrio El Topacio de Ibagué. En diálogo con Fabio Moreno, Carlos recordó que: 

“Ese día tomamos el bus para Ibagué con mi mamá. Fuimos a donde mi abuelita. Mi mamá me dijo, va a comer el huevo que tanto le gusta. Me sirvieron el huevo y yo me lo estaba comiendo cuando sentí que mi madre salía de la casa por detrás de mí. Yo salí corriendo detrás de ella”. Según Carlos, cree que deambuló todo el día hasta el encuentro con el agente Escobar. Después de eso, el Icbf lo declaró en estado de abandono y lo envió  a “La Casa del Niño”, ubicada en la calle 19 entre carreras Tercera y Cuarta de Ibagué. Allí fue adoptado por una pareja de suecos. “Mis padres suecos documentaron todo lo que pudieron. Incluso, grabaron lo que yo pude decir sobre mis padres biológicos”, le contó a Fabio Moreno. 

 “Yo sólo quiero volver a encontrar a mi mamá y a mi hermanita (…) Yo de lo único que me acuerdo de mi vida con mi familia es cuando estaba sentado en el borde de un balcón balanceando las piernas, mirando a la carretera destapada y el puente sobre un río (…) vivía contento con mi familia, teníamos gallinas y yo dormía en una pieza con mi mamá y en la misma cama de mi hermanita”, recuerda Carlos, quien solo habla sueco.  

En la actualidad, a Carlos le gustaría encontrar a su mamá, quien según los documentos de adopción, se llama Martha Cecilia Rodríguez, la cual convivía con un señor al que le decían Polo, quien no era su padre. Asimismo, quiere saber de su hermana que hoy debe tener unos 39 años. Todo esto lo hace para conocer sus orígenes, saber qué pasó con ellas y por qué terminó adoptado por una familia que vive a más de nueve mil kilómetros de Ibagué.  

Carlos Gustavsson viven en Suecia

“Lo único que deseo es un reencuentro. Cualquier información por favor contactarme: carlito.colombia@hotmail.com”, aseguró.

Fabian es de Rovira  

Espen Fabián Solem es un ciudadano noruego de 35 años. Nació el 9 de abril de 1987 en Rovira (Tolima) y su mamá se llama Rosa María o Rosa Tulia Rojas Varón. Fue bautizado con el nombre de José Fabián Rojas y en marzo de 1988, el Icbf abrió una investigación para proteger los derechos del menor, esto después de encontrarlo en estado de abandono en una vivienda en la que, según denuncias de los vecinos, permanecía solo durante largos periodos de tiempo, a pesar de que era un bebé de menos de un año de nacido. Q’HUBO contactó a Fabián para conocer su historia. Solo habla noruego y se le dificulta comunicarse en otros idiomas. Nos compartió detalles de su proceso de adopción y de la búsqueda de su familia biológica en el Tolima. Según el informe del policía  que encontró abandonado a Fabián en 1988 y la investigación del Icbf, el menor era sometido a maltratos por parte de su padrastro Reinaldo Franco, quien convivía con su mamá, la cual estaba embarazada del hombre y también era víctima de violencia intrafamiliar. 

Cuando las autoridades lo hallaron abandonado y desnutrido, lo llevaron al hospital de Rovira y desde allí el Bienestar Familiar lo trajo a Ibagué y lo ubicó en un hogar sustituto del barrio El Topacio. Allí estuvo durante dos años a cargo de la señora Ismenia Tapia de Rodríguez, su madre sustituta, hasta el jueves 28 de noviembre de 1989, cuando fue adoptado por una pareja europea compuesta por un ciudadano noruego y una ciudadana inglesa. En la actualidad, Fabián tiene 35 años, esposa, hijos y un trabajo como jefe de seguridad de un crucero a Países Bajos. A pesar de que tuvo una familia amorosa, educación de calidad y creció en un país desarrollado, hace un tiempo decidió buscar a su madre biológica para saber sobre sus raíces y encontrar respuestas a muchos interrogantes que surgieron durante estas tres décadas de existencia.  

Espen Fabián quiere saber quién es, por qué lo dejaron abandonado, quiénes son sus hermanos y cuáles son sus orígenes. Hace una semana, una mujer que dijo conocerlo, le escribió para decirle que ella era su tía y que su mamá aún vive y durante todo este tiempo ha estado esperando saber qué pasó con el niño que le quitó el Icbf hace 33 años. 

Q’HUBO le ayudó a Fabián a contrastar la información contenida en su expediente de adopción con los datos que suministraron las mujeres que dicen ser su madre y su tía, encontrando que la mayoría coinciden. Asimismo, la madre, quien se llama Rosa Tulia Varón y vive en Fusagasugá, explicó que el día que le quitaron al niño, estaba llevando el almuerzo a su esposo y por eso lo dejó solo en una habitación. También indicó que después de que le quitaron al menor, vino a visitarlo varias veces a Ibagué, pero no pudo volver durante un tiempo debido a que dio a luz a su otro hijo. Según ella, cuando volvió a las oficinas del Icbf para ver a Fabián, allí le informaron que había sido adoptado. Aunque hay altas probabilidades de que las mujeres que contactaron a Fabián sean sus familiares, él va esperar a que una prueba de ADN lo confirme y así poder viajar a Colombia a conocerlas, hacerles todas las preguntas que tiene y conocer su tierra y sus raíces. 

Espen Fabián Solem tiene 35 años y vive junto a su familia en Noruega. 

Sheyen busca a su familia

La tragedia de Armero, ocurrida en noviembre de 1985, dejó miles de fallecidos, damnificados y cientos de niños desaparecidos; muchos de los cuales fueron sacados de la zona del desastre hacia otras ciudades, para ser dados en adopción de forma presuntamente irregular a familias extranjeras. Según la fundación Armando Armero, se calcula que alrededor de 514 menores fueron separados de sus padres durante la avalancha. 

Ese podría ser el caso de Sheyenna María Inés Gómez Van Der Heijde, una ciudadana de Países Bajos de 38 años que llegó a Colombia este año para recorrer el norte del Tolima buscando a sus padres biológicos, pues afirma que la separaron de ellos en diciembre de 1985 y ese mismo año, una familia europea la adoptó en Medellín a sus dos años de edad, al parecer, con documentos falsos.

Ella vive desde que tenía dos años en Países Bajos, cuando una familia de esa nación la adoptó en Bogotá. La información que tiene es que en 1986, su padre adoptivo recibió una llamada de una fundación para avisarle que había una niña a la que le estaban buscando hogar. Fue así como este ciudadano neerlandés se trasladó hasta la Capital de la República para iniciar todo el proceso. Al mismo tiempo, Sheyenna fue traída desde un orfanato en Medellín hasta Bogotá, donde un juez se la entregó a su nueva familia, con la cual viajó el viernes 16 de diciembre de 1986 durante 16 horas a bordo de un avión de Avianca hasta Países Bajos, su nuevo hogar. 

En febrero de 2019, Sheyenna viajó con su pareja a Colombia para empezar la investigación que le permitiera encontrar a sus padres biológicos. Dicha búsqueda la condujo hasta la notaría 13 de Medellín, donde dialogó con una mujer que le habría dicho que los documentos con los cuales la dieron en adopción a su familia 37 años atrás, eran falsos, al igual que el nombre que reposa en sus documentos. 

En la actualidad, Sheyenna reside junto a su pareja y su hijo en Utrecht, una ciudad del centro de Países Bajos. Hace dos semanas, viajó de nuevo a Colombia y estuvo durante algunos días en Armero, Honda y el norte del Tolima, pues asegura que ella podría ser una de las niñas perdidas en la tragedia de Armero, durante la cual cientos de menores fueron dados en adopción de forma rápida y en medio de aparentes irregularidades.

Sheyenna María Inés Gómez Van Der Heijde tiene 38 años y vive en Países Bajos.

Si tiene información sobre la familia de esta ciudadana, puede comunicarse con la fundación Armando Armero al número celular 3114528588 o escribir al correo armandoarmero@gmail.com  

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